domingo, 26 de junio de 2011


 


Congreso Tecnológico CREA 2011: 



“La importancia de construir capital 


 social" 



(Comunicado Nº 16)‏.




Rafael Llorente
Isabel Undurraga


“Somos muy buenos produciendo: la capacidad la tenemos. Sin embargo, uno puede tener la capacidad de jugar al fútbol, puede ser un muy buen jugador, pero que nadie te invite a jugar el partido”.
Así lo indicó hoy Rafael Llorente, presidente del Movimiento CREA y miembro del CREA Lincoln, durante el cierre del Congreso Tecnológico CREA que se realizó en la ciudad de Córdoba.
“La innovación implica hacer más y mejor lo que hacemos: si no innovamos vamos a perder competitividad. Pero la capacidad de innovación también involucra el aspecto institucional: diseñemos cómo queremos interactuar con la industria, los servicios, los políticos; ellos nos van a apoyar en la medida que nos entiendan”, explicó Llorente.
Por su parte, la consultora chilena Isabel Undurraga, apuntó que el capital social “es la capacidad de producir valor en una organización; eso depende de las relaciones que las personas que integran una organización establecen entre sí”.
“Un grupo de seres humanos con una elevada capacidad de producir valor de manera individual pueden en conjunto producir muy poco en conjunto si las relaciones existentes entre ellos no son colaborativas o se dan en un marco de desconfianza”, añadió.
“Las empresas con una considerable cantidad de capital social tienen ventajas competitivas con respecto a aquellas que no tienen esa característica. 

El capital social o capital relacional nos ayuda a reducir comportamientos oportunistas o erróneos para la organización; nos permite difundir información fiable; nos ayuda a llegar a acuerdos para ser honrados”, explicó Undurraga.


Congreso Tecnológico CREA 2011: 


"El medioambiente espera una 



respuesta: 

 


preactiva de la ganadería"


(Comunicado Nº 15)‏.




Aníbal Pordomingo

Germán Baldi

Fernando Miñarrao


Fernando Miñarro, de Fundación Vida Silvestre Argentina, Aníbal Pordomingo, investigador del INTA y Esteban Jobbágy, investigador del CONICET coincidieron en la propuesta de analizar los desafíos productivos y ambientales que se plantean de cara a la próxima década. 
Y al cabo de la charla coincidieron en que el proceso pecuario no tiene por qué ser un enemigo de la sustentabilidad ambiental. 
Lo hicieron en el marco del panel Líneas de acción para el 2020: Cómo resolver los desafíos.
Aníbal Pordomingo asumió que más allá de todos los inconvenientes que atraviesa la actividad, los productores anónimos e individuales van encontrando de forma más ágil y veloz las respuestas a sus problemas. 
Al menos, más rápido que las soluciones que puedan emanar de otros ámbitos más formales.
“Se habla de un índice de baja eficiencia en la producción. 
Sin embargo, muchos de ustedes logran superar con creces esos índices. 
Y nosotros vamos aprendiendo de su trabajo. La superación es permanente y hay que reconocerlo, porque no siempre lo hicieron en un contexto de precios internacionales favorables”, resaltó.
El especialista del INTA exhortó a quitarse de encima la mochila de ser oferentes de las proteínas que precisa el mundo. 
Sí llamó a tomar conciencia de que el país puede jugar un rol importante como formador de precios en el mercado bovino. 
“La carne bovina jugará un nuevo rol en el corto plazo. 
Y Argentina no es una isla. 
Tenemos problemas que se repiten en otros países, como la falta de terneros. 
Por eso yo los invito a mirar el vaso en su conjunto, y no sólo su parte vacía”, reclamó.
Pordomingo reconoció que los productores se sintieron cómodos con los sistemas de producción que fueron trabajando y puliendo a lo largo de los años, apostando a la cría como se pudiera, a la recría a partir de distintas estrategias y a las terminaciones sobre pastura, verdeo de invierno.
Siempre al borde la improvisación.
“Nuestro sistema de producción nos llevó a considerar diferentes alternativas. 
Sea terminación a coral como alternativa a la cesión de miles de hectáreas a la agricultura, o instalando el engorde a corral. Descubrimos que con estrategias nacionales podíamos producir terneros de 280 kilos, y que era más económico que apostar a los más pesados”, repasó.
“Creímos haber aprendido hacer engorde a corral. 
También cedimos campos de buena calidad de invierno, llevando la recría al corral y planteamos estrategias de terminación en pastoreo, continuadas en corral si el negocio era aceptable. 
Hoy todos los modelos permanecen vigentes, quizás con determinadas tendencias específicas por zonas. 
Lo que está claro, es que no se avizora una tendencia única en el futuro”, añadió.
Los modelos no siguen jamás una sola tendencia o trayectoria. 
La sensación es que en los últimos años estamos cómodos con lo aprendido. 
Incluso con los logros de aumentos de peso de los animales, aún sabiendo que son insuficientes.
 Estuvimos ¿estamos? cómodos y tranquilos porque aprendimos a manejar el corral, visualizando las distintas problemáticas. 
Pero estamos a medio siglo de distancia de otras naciones que hacen las cosas bien. 
Deberemos recorrer esa distancia en menos de una década. 
Lo importante es que debemos concientizarnos en que disponemos del espacio para sea mejora”, subrayó.
Desde el punto de vista medioambiental, un dato no menor, fue la invitación de un representante de Vida Silvestre al Congreso Tecnológico CREA 2011. 
Fernando Miñarro apostó a no reemplazar los ecosistemas naturales, sino que la actividad productiva se base en ese mismo ecosistema.
“Tenemos mucho por ganar. 
No hablamos de una ganadería extensiva en la región de los pastizales o sabanas. 
Somos concientes de que la ganadería en ciertas regiones es incompatible. 
Pero en el caso de los pastizales, es una gran oportunidad para avanzar e integrar los dos objetivos: sustentabildiad e intensificación de la producción”, trazó.
“La sustentabilidad no sólo implica la conservación de recursos como el suelo o el agua, sino otros valores a los que cuesta ponerle un valor económico, pero son igual de importantes como la diversidad biológica y los ecosistemas que sostienen nuestros sistemas productivos”, manifestó.
Miñarro planteó dos pilares fundamentales a fortalecer para alcanzar el objetivo de conservación medioambiental y producción. 
El primero es el conocimiento, con un modelo de manejo de pastizales pensado en una base ecológica, tendiente al estudio de cada sistema para su mejor aprovechamiento. 
El segundo, poner varias “cabezas a pensar” en distintas disciplinas para alcanzar la integración entre producción y conservación, alcanzando los valores más óptimos tanto para el objetivo de producir y conservar.
Asimismo, el representante de Vida Silvestre mostró su preocupación por la ausencia de autoridades oficiales tanto del área de producción como medioambiental. 
Aunque rescató la presencia uruguaya en la materia. 
“Esta ausencia es un error. 
Es imprescindible la participación mancomunada para acercar los resultados, mejorar las políticas publicas agropecuarias, integrar la biodiversidad, porque todo ello suma calidad y beneficios para todos”, remarcó.
Finalmente, Esteban Jobbágy aseguró que la demanda ambiental hoy viene de muchos lugares, ya sean globales o regionales. 
Y representan a intereses muy variados. 
“Está el grupo que le preocupa la naturaleza, en el sentido de que se puede perder un bosque, aún cuando jamás visiten ese lugar. Esa misma gente es la que se molesta por la protección de alguna especie en particular”, graficó.
También explicó que otra de las preocupaciones más visibles tiene como argumento el cambio climático. 
Aunque en este punto, planteó algunas de las señales que pueden tornarse contradictorias, como cuando los argumentos se contraponen sobre la conveniencia de liberar o no el carbono de los lotes. 
O apostar a una energía de origen biológico.
De todos modos, el investigador del CONICET subrayó que es muy posible establecer sinergias entre producción y ambiente. Incluso, encontrar competencias difíciles de resolver, “porque naturaleza y ambiente no van siempre por el mismo camino. 
Para ello hace falta establecer estrategias serias y entre todos. 
Así se podrá, por dar un ejemplo, dar respuestas a los diferentes sectores, posibilitando la transformación de agua en biomasa y ésta en algo más que tenga valor. 
Los productores ganaderos lo hacen muy bien transformando la biomasa en carne”, postuló.
“Hoy la ganadería puede ofrecer la ganadería un importante desarrollo, pensado en vastos sectores de la pampa deprimida que no sirve para la agricultura. 
También se plantea un uso más inteligente y fuerte del agua, que se transforme en forraje y luego en carne. 
Ese es el gran valor de la ganadería desde la perspectiva ambiental hidrológica”, concluyó.



Congreso Tecnológico CREA 2011: 





La gestión del conocimiento es 


clave para mejorar la productividad. 

  

(Comunicado Nº 14)


Alejandro Artopoulos.

“Los trabajadores tienen que ser trabajadores del conocimiento: el trabajo, sea cuál sea, debe ser más creativo, más autónomo y debe requerir mayor capacidad de decisión”.
Así lo indicó hoy Alejandro Artopoulos, director del Laboratorio de Aprendizaje Ubicuo de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés, durante una presentación realizada en el Congreso Tecnológico CREA que se está realizando en la ciudad de Córdoba.
“Una organización con un sólido capital social implica a mucha gente compartiendo conocimientos y oportunidades: eso hace que la inteligencia colectiva se incremente”, comentó Artopoulos.
“El conocimiento tácito está basado en la práctica: todas las personas de una organización están generando conocimiento tácito; el problema, muchas veces, es que no sabemos cómo procesar toda esa información ni como compartirla”, añadió.
Hoy existe un consenso sobre la preponderancia del conocimiento como factor de producción. 

En ese sentido, se considera que el bien más valioso de una institución son sus trabajadores.
“La comunicación a través de las pantallas no sirve sin un previo contacto cara a cara: se necesita confianza para poder compartir conocimientos”, explicó el director del Laboratorio de Aprendizaje Ubicuo.
“Tenemos datos, información y conocimiento. 
Los sistemas y programas pueden transformar los datos en información, pero la cuestión es que esa información se transforme en conocimiento; para lograr eso es necesario trabajar en red”, concluyó.        


Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 



"No corramos tras el correcaminos",


"disfrutemos la tecnología”


(Comunicado Nº 13).‏


Ariel Torres.


A partir de un planteo surgido en una charla distendida durante la peña del jueves, Ariel Torres, editor y columnista de la sección Tecnología del diario La Nación, trazó una analogía entre la tecnología y la serie infantil del Correcaminos. 
Lo hizo en el marco de su disertación “La tecnología como oportunidad” en la jornada de cierre del Congreso Tecnológico CREA 2011 que se desarrolló en Córdoba. 
E invitó a dejar de correr detrás de la tecnología, cual el coyote persiguiendo al correcaminos, para poder disfrutar finalmente, y de ese modo, de una vez por todas de la tecnología.
A lo largo de la charla Torres recordó que ningún ciudadano del mundo podía imaginar en los albores de los años 70 los cambios que vertiginosamente hoy se suceden en el orbe. 
“Sentimos cotidianamente que estos cambios son magia. 
Pero no lo es. 
Simplemente es velocidad con poder de cómputos. 
El microchip sólo hace cuentas. 
Hace otras cosas que no nos va a cambiar la vida. 
Eventualmente, puede evaluar una proposición lógica pero la máquina no es muy inteligente”, destacó.
Según el periodista, el aspecto que nadie tiene en cuenta fue que la tecnología se había olvidado del hombre. 
“¿Qué teníamos hasta 1970? 
El televisor, una cámara de fotos, electrodomésticos. 
En casa, la única tecnología para redactar era la máquina de escribir, patentada en 1867. 
Y el primer piano fue fabricado en 1774. 
Evidentemente, el reloj del hombre común atrasaba un siglo”, disparó.
Torres aseguró que el mayor inconveniente que atraviesa el hombre es la vorágine que plantea la tecnología actual. 
Y se interrogó sobre los motivos por el cual el coyote jamás podrá atrapar al correcaminos. 
“El correcaminos es torpe, tonto. 
Sólo avanza a gran velocidad. 
Mientras tanto, el coyote es creativo, inventivo, invierte fortunas, pero fracasa. 
Comete el grave error de plantearse como objetivo alcanzarlo para devorarlo. 
Y así jamás logrará su cometido. 
Lo mismo nos sucede a todos nosotros, corriendo detrás de la tecnología”, planteó.
Enseguida, el especialista volvió a recordar que en los últimos 40 años se observaron en el mundo más cambios que en toda la historia de la humanidad. 
Y que el problema actual es que el hombre no entiende qué es la velocidad, “el cambio de paradigma más revolucionario desde que el surgimiento de la imprenta permitió difundir las vacunas que paliaron enfermedades, generando las artes, la democracia y hasta la revolución industrial”.
“El mundo se sorprendió cuando una computadora le ganó a Garry Kasparov. 
No midieron que la máquina tenía la capacidad de estudiar 10.500 jugadas por segundo”, notó. 
“Y cada vez más, esa tecnología reduce sus costos. 
En nuestras infancias, comunicarse implicaba el uso del teléfono. Hoy podemos hacerlo por celular, redes sociales, computadoras. Y una vez más, concluimos que todo pasa por un chip”, añadió.
Ante este panorama, Torres recordó que el valor sigue estando en el hombre. 
“La única forma que la tecnología y la computación tenga sentido es que del otro lado haya inteligencia. 
Las claves es sencilla: mantenerse informado”, evaluó.
El editor de La Nación resaltó que ese mantenerse informado es la gran oportunidad que otorga la tecnología. 
Para ello, invitó a reflexionar en que la revolución de la información cambió en un puñado de años lo que no hizo la agricultura en 10 mil años de trabajo. 
Pero se debe elegir bien, Y aunque se cometan errores en la elección, no desesperarse por ello.
“La sensación es que un correcaminos siempre se nos escapa. Todos nosotros somos como una suerte de coyote, que compramos todos los artilugios para tratar de alcanzar al correcaminos. 
Y nunca lo logramos. 
¿Cuántas veces invertimos fortunas en nuestras empresas o campos, sin necesidad, sin saber si realmente nos sirve, simplemente apostando por lo nuevo?”, se plantéo.
“Por eso el truco es poder elegir y determinar qué es importante para mi empresa. 
Hoy la tecnología, en términos relativos, es barata comparada con los valores que se manejaban hace 40 años. 
La primera computadora costó 4,5 millones de dólares. 
Hoy se consiguen netbooks mucho más veloces a precios infinitamente menores. Jamás en la historia hubo un proceso similar al de la computación con una reducción de tiempos y de costos. 
Jamás nada redujo 40 mil millones de veces su precio en toda la historia de la humanidad. 
Y lo hizo en apenas 50 años, a una velocidad imposible de describir”, detalló.
“Frente a éste vértigo, al hombre sólo le queda la prudencia, el pensar, el sentir, y tomar decisiones. 
La peor alternativa es correr detrás de ese vértigo, sin objetivo real alguno. 
Por eso la información, el mantenerse informado es vital, porque el conocimiento es poder. 
El hombre tiene tiempo para esperar que surja algo que realmente les sea útil”, reveló.
Para graficar su postura, Torres llamó a observar a los chicos y acoplarse a su pragmatismo. 
“Cuando un adulto compra una cámara de fotos, lo primero que hace es buscar el manual instructivo. 
En ese tiempo, los chicos la miraron, la conocieron y se pusieron a tomar fotos. 
La tecnología le es útil, y no pierde tiempo, la aprovechan”, clamó.
Finalmente, dejó una anécdota válida para todo emprendedor, de modo tal que puedan dejar de correr y disfrutar el “hermoso paisaje tecnológico que estamos atravesando”. 
Contó que el creador de una importante firma durmió plácidamente durante siete años, pese a cargar con la mochila de una deuda de 70 millones de dólares. 
Y cuando le preguntó como hacía para descansar, la respuesta fue breve y contundente: `Estoy seguro de que voy por el camino correcto´. 
Por eso, no teman a equivocarse, pero tampoco vendan todo el campo si no funciona un proyecto. 
La próxima vez será. 
Apuesten a la tecnología, pero no corran tras ella. 
Piensen qué le pasaría al coyote el día que alcance al correcaminos y después de devorarlo descubra que no tiene gusto a nada”, concluyó.

Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 



"La ganadería planteó sus desafíos" 


"de cara al 2020."


(Comunicado Nº 12)‏


Eduardo Herrman

Juan Carlos Elizalde

Germán Balde

Daniel Ligier

En un panel moderado por Eduardo Herrman, Juan Carlos Elizalde, Germán Baldi del CONICET, y Daniel Ligier, coordinador del programa nacional de corregiones del INTA, evaluaron los desafíos que se plantea en el terreno pecuario de cara a los próximos diez años.
Para Elizalde, “el panorama es sumamente complejo porque Argentina desperdició 10 años de avances tecnológicos”. 

Por eso de cara a 2020 habrás más desafíos. 
Habrá que determinar cuáles son las perspectivas. 
En el mundo hay una demanda creciente e inexorable de carne vacuna. 
“Será la elite que podamos producir en condiciones anaeróbicas. Lo que me preocupa es que los costos de producción serán cada vez mayores, producto de una regulación cada vez más importante en materia ambiental”, sostuvo.
“Además, a la vaca la arrinconamos y le quitamos su principal sustento de supervivencia, el pasto, el rastrojo, que no se lo comía nadie. 

La condenamos a un bajo que cuando no se inunda entra en sequía, y la colocamos en un monte que dentro de poco alguien lo usará para producir biocombustible a partir de celulosa. 
Estamos empujando hacia sistemas cada vez más caros”, añadió.
“Por un lado es bueno tener buenas perspectivas, pero deberemos manejarnos con una volatilidad a la que no estamos acostumbrados en cuanto a variaciones de costos de alimentación, efectos ambientales y fundamentalmente ingresos. Esto se traducirá en la caída virtual de los sistemas actuales de producción”, explicó el especialista.
“Hoy cada individuo dentro del grupo es una entidad respecto al que tiene al lado y eso me da la impresión de que es el cambio más rotundo que veo en cuanto a los sistemas.
Algunos están haciendo recría de terneros macho de 350 kilos porque es de dos años. 

La pregunta es a quién le vamos a vender ese ternero cuando los frigoríficos se están yendo. 
Puede ser una visión de corto plazo. 
Pero la adaptación empresarial sería hacer cría de vaquillonas preñadas para vender y contribuir a aumentar el stock y vender el ternero macho. 
Ese tipo de modelizaciones es la que se viene en forma continua y que se suma a nuestra propia ineficiencia”, apuntó.
Por su parte, el ingeniero Ligier aportó un cuadro comparativo de la región chaqueña sudamericana con regiones similares en cuanto a mapas climáticos y topográficos distribuidos en el resto del mundo. 

Así halló que existe un chaco en Estados Unidos, otro en África, otro en Asia y el restante australiano.
“El Chaco nuestro tiene 8 millones de habitantes, el 16% está cultivado con una alta tasa de desmonte y cultivo que comienza en la década del 90. 

La agricultura es eficiente, el promedio de cereales y oleaginosas es de 2,7 toneladas por hectárea por año y la carga ganadera es de 0,15 vaca o equivalente (búfalo, cabras y ovejas) por hectárea”, planteó Ligier, quien al cabo de la analogía demostró que nuestro país es el que presenta el mejor posicionamiento para el desarrollo de las distintas especies animales.
Según el cuadro comparativo, el análisis más sencillo es con el Chaco norteamericano. 

Es más poblado, con una fracción similar al nuestro. 
No hay una transformación hacia cultivos. 
La tasa de desmonte se frena en 1950. 
El rendimiento de la agricultura y ganadería son similares a las nuestras. 
El rendimiento agrícola tiene un conjunto de cultivos únicos. 
En Norteamérica es sorgo, el 40% en nuestro país soja y en África el maíz blanco.
En África es mas poblado, con una agricultura que no creció en medio siglo, un rendimiento agrícola menor de una tonelada por hectárea por año y 0,013 vacas por hectárea por año. 

En Australia, un millón de personas, dos por ciento cultivado, rendimiento agrícola cercano a 1,7 tonelada por año y menos vacas con 0,09 por hectárea.
El más diferente en la zona de India y Pakistán tiene 465 millones de personas. 

En 1700 el 30 por ciento ya estaba cultivado, hoy alcanza las tres cuartas partes de ese territorio. 3,4 toneladas por hectárea por año con riego y fertilización. 
Y 0,6 equivalentes vacas por hectárea al año. 
Todos los ecosistemas son similares, y la diferencia radica en el mayor desgaste de los suelos
Por su parte, Germán Baldi planteó que el nuevo escenario que se le presenta al NEA y NOA posee distinta intensidad y localización. Pero aunque reconoció que existe un uso inadecuado de recursos hídricos, falta de información para gestionarlos, lo que genera pérdida de bosques y ecosistemas, corrigió una creencia arraigada en el imaginario colectivo. 

El desmonte de las tierras del norte no fue destinado en su mayoría a la producción de soja.
“El norte grande argentino tiene el 37% del estado ganadero nacional. 

Eso es bueno porque el norte tiene un rol relevante en la ganadería por cultura e historia”, analizó.
Reconoció que esta situación genera efectos positivos y negativos por la expansión de la frontera agrícola en relación a la ganadería. 

“Pero acá quiero derribar un mito. 
Nuestros estudios de 2001 a 2008 desde Santiago del Estero hasta Salta y Chaco nos señalan que se desmontaron 2,5 millones de hectáreas. 
La tasa de desmonte fue de 1,5 por ciento cuando en América Latina 0,6. De esas 2,5 millones del 55 a 60 por ciento fueron en áreas ecosistemas con restricciones hídricas que llegan a 300 milímetros, de modo que esas tierras fueron destinadas a ganadería”, aseveró.
“No todo el imaginario piensa es la realidad cuando se trabaja con datos concretos”, subrayó. 

Y detalló que esos campos se culturizaron y los pueblos tuvieron mayor dinamismo. 
Entre los efectos negativos resaltó el desmonte descontrolado, y las áreas donde los proceso erosivos se intensificaron, además del desbalance de nutrientes y la tasa de oxidación de la zona que es tres veces mayor que la tasa de materia orgánica de las zonas templadas.
Igualmente, resaltó el impacto de la tecnología vial y energética, que tiene el mismo valor el resto de los avances tecnológicos. “Además, se inició un proceso de intensificación. 

En el caso de la ganadería, la tecnología de la información empezó a sonar. 
Empezamos hablando de agricultura de precisión y ahora hablamos de ganadería de precisión. 
Hablamos de poner GPS y buscar los mejores pastos, buscamos imágenes satelitales para mirar índices normalizados y ver a nivel de potrero y zona donde vamos”, remarcó.
“Apostamos a la tecnología de proceso. 

La ganadería tiene un estado de arte, de compromiso del productor y el empleado que la agricultura hoy no brinda. También se observa que el productor empieza a invertir en infraestructura como tema principal con aguadas, potreros, alambrados y molino. 
Luego apuesta a pasturas, pero con un poco más de riesgos”, analizó.

Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 




"Oportunidades y amenazas:" 


"para la lechería"





(Comunicado Nº 11)‏.




Marcos Gallacher


Torsten Hemme

Sergio García



El creciente aumento mundial del consumo de lácteos tiene, como contrapartida, una alta volatilidad en los precios y en los costos de la lechería. 
Durante un panel que tuvo lugar el segundo día del Congreso Tecnológico CREA 2011, se intentó dilucidar qué modelo productivo podría minimizar los riegos y maximizar las oportunidades para el sector.
La leche se transformó en el commodity agropecuario más volátil, seguida por los granos forrajeros. 
“Sin embargo, pese al riesgo, las oportunidades potenciales que encierra el mercado mundial son enormes”, expresó Torsten Hemme, Presidente de la International Farm Comparison Network de Alemania.
En su opinión, las proyecciones para los próximos quince años son sumamente alentadoras. 
En ese lapso, la población mundial pasará de 6.800 a 7.800 millones de personas, y el consumo de lácteos, de las 700 millones de toneladas actuales, saltará a unos 900 millones. 
Eso implicará 200 millones de toneladas adicionales. 
“La Argentina produce anualmente diez millones de toneladas; imagínense lo que las cifras mencionadas podrían significar si sólo capturan una pequeña parte de ese crecimiento”, dijo.
Al analizar la industria láctea mundial (es decir, las empresas procesadoras), se observa que el mayor procesador demanda el 3% de la leche destinada a la industria. 
Y las principales 21 empresas del mundo reciben el 24% del volumen total. 
En síntesis, se trata de un mercado bastante atomizado.
La competitividad futura dependerá, en gran parte, de la posibilidad de mantener costos de producción relativamente bajos. 
En ese sentido, la Argentina ocupa un lugar destacado. 
Entre los años 2000 y 2009, los costos de producción láctea en la Argentina oscilaron entre los 20 y los 28 dólares por cada 100 kilos.
En Brasil, estuvo entre 15 y 30 dólares (100% de diferencia entre el mínimo y el máximo), y en Nueva Zelanda, entre 12 y 35 dólares. Es decir, en la Argentina las variaciones fueron menores. Y si bien el costo mínimo fue el mayor de los tres países (20 dólares, contra 12 de Nueva Zelanda y 15 de Brasil), el costo máximo de producción fue el menor (28 dólares, contra 30 y 35 respectivamente).
¿De qué dependen los costos? 
En primer lugar, se podría pensar que están muy vinculados con la producción en escala. 
Sin embargo, eso no sería tan cierto. 
Según los datos proporcionados por el disertante, los tambos en Nueva Zelanda tienen entre 360 y 900 vacas. 
En el extremo opuesto se encuentra La India, donde la gran mayoría de los tambos tienen entre 3 y 12 vacas. 
“Pero a la hora de analizar los costos de producción por litro, las cifras de ambos países son similares”, expresó el orador. 
“Una mayor escala demanda, como contrapartida, la necesidad de una buena administración y un gerenciamiento eficiente”.
A nivel global, la producción láctea se genera a través de una gran cantidad de pequeñas empresas familiares. 
En todo el mundo hay 145 millones de tambos, y cerca de mil millones de personas viven de esa actividad.
Al analizar la evolución de los distintos costos e insumos, la pregunta que se hacen hoy los medianos productores tamberos de todo el mundo, según Hemme, es: 
¿Hacia qué modelo de tambo conviene avanzar? 
¿Hacia el modelo estadounidense, basado en el feedlot, o hacia el modelo más pastoril de Nueva Zelanda?
 El disertante ofreció las siguientes respuestas:
1. El sistema correcto es aquel que cada productor pueda manejar bien. 
Como se dijo anteriormente, la eficiencia es fundamental para mantener los costos en un nivel razonable. 
Esta será la clave del éxito, antes que el tipo de modelo adoptado.
2. Los precios de la leche, los granos forrajeros, la tierra y la mano de obra suben y bajan constantemente en distintas partes del mundo. 
Por ende, cualquier modelo que se adopte se verá alternativamente beneficiado o perjudicado por la evolución de los costos.
3. Hay que considerar que, tal como dijo en su momento Charles Darwin, “no sobreviven los más fuertes ni los más inteligentes, sino los que tienen mayor capacidad de adaptación”.
 Mantener esa capacidad es fundamental para poder crecer y capturar las posibilidades que ofrezca el futuro.
“Los costos seguirán subiendo”
Medido en dólares, el precio de las tierras cultivables, en los últimos 10 años, aumentó entre 250% y 300%, según explicó Sergio García, Director de la Dairy Research Foundation de la Universidad de Sydney, Australia. 
El precio de la urea registra también una evolución abrupta, y hay una tendencia al incremento en los precios de todos los insumos. 
Esto lleva a la lechería a dos alternativas posibles:
-Producir en tierras más baratas. 
Puede ser una opción interesante, pero no es sencilla.
 En todo caso, podría ser adecuada para quienes apuntan a una estrategia de largo plazo. 
Por otra parte, hay que considerar que “el día que se logren obtener producciones lecheras eficientes en zonas marginales, el costo de la tierra tenderá a aumentar automáticamente”, expresó el disertante.
-Ser más eficientes y producir más en las zonas tradicionales. 
Esta opción es la más indicada para la mayoría de los productores.
¿Qué características comunes tienen los tambos más eficientes? García comparó a los mejores tambos de Chile, Australia y Nueva Zelanda, y observó dos factores comunes a todos ellos: Menores costos de producción, y mayor cantidad de litros de leche por hectárea. 
Aunque conviene recordar –dijo el disertante- que obtener más leche no significa necesariamente ser más rentable. 
“Es peligroso intensificar la producción sin aumentar su eficiencia”, aclaró.
Al evaluar la alternativa de apostar a un sistema de base pastoril y granos o a un sistema forrajero complementario, el disertante señaló que es importante considerar, en ambos sistemas, dos limitantes:
-Alta dependencia de los granos. 
Hay que considerar que el mundo necesitará cada vez más granos para destinarlos a la alimentación humana.
-Competencia con la soja. 
Así se apueste al drylot, al feedlot o a un sistema pastoril, el forraje habrá que producirlo en algún lado. 
Y en ese lugar, el forraje tendrá que competir inevitablemente con la agricultura.
Eficiencia, palabra clave   

Durante el Siglo XX, los ingresos de los países desarrollados se multiplicaron por cinco. 
Se podría creer que el factor clave de este fenómeno fue la acumulación de capital. 
Sin embargo, según algunos estudios, la misma explica alrededor del 40% de este crecimiento. 
¿Qué impulsó al 60% restante? 
Marcos Gallacher, profesor de Economía y Organización Empresaria de la Universidad del CEMA, intentó responder a esta pregunta: 
“El crecimiento mencionado tuvo que ver con dos factores clave: La eficiencia y el conocimiento”.
Al analizar la performance de distintas empresas CREA, Gallacher señaló que se detectó una notable variabilidad en la eficiencia. 
“Si las empresas menos eficientes pudieran equiparse con las mejores, se ganarían entre 150 y 200 dólares adicionales por hectárea. 
Si se tiene en cuenta que el arrendamiento de la tierra oscila en 300 dólares, se concluye que una mayor eficiencia permitiría costear al menos la mitad del alquiler”, señaló. El disertante definió a la eficiencia técnica como “el cociente entre la producción real y la producción potencial que derivaría de aplicar los conocimientos y las prácticas que emplean las mejores empresas del rubro”.
Cuanto menor es la eficiencia, mayores son los costos productivos. 
“Hay quienes dicen que la mayor eficiencia productiva está reñida con el desarrollo social” dijo el disertante. 
“Hay que luchar contra esa idea”.

En su opinión, hay que considerar cinco factores clave en relación con la lechería:
1. Hay altos retornos potenciales vinculados al mejoramiento de la calidad gerencial.
2. Para detectar oportunidades, hay que medir. Las mediciones son fundamentales, en todo momento, tanto en las buenas épocas como en las malas.
3. Necesitamos comprender mejor cuáles son los determinantes de la performance humana.
4. Existen principios básicos comunes para evaluar la eficiencia de la producción.
5. La eficiencia es el motor del desarrollo económico.



Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 


“El problema de la oferta de carne 


"podría solucionarse:" 


"con la aplicación de tecnología "



(Comunicado Nº‏10)




Cristián Feldkamp.

“Si lográramos que el 75% los productores con un nivel tecnológico bajo pasara al nivel medio, se podría incrementar la producción de carne actual en un 13% a nivel nacional; si el 50% de los productores en estado tecnológico medio pasara al alto, se podría aumentar la producción actual en un 11%. 
Es decir: sólo con la aplicación de tecnologías disponibles se podría incrementar un 26% la oferta actual de carne vacuna”.
Así lo indicó hoy Cristian Feldkamp, coordinador técnico de la Comisión de Ganadería del Movimiento CREA, durante una presentación realizada durante el Congreso Tecnológico CREA que se está realizando en la ciudad de Córdoba.
Siguen siendo, en términos relativos, pocos los empresarios ganaderos que emplean pastoreo rotativo, fertilización de pasturas, silajes, inseminación artificial, planes sanitarios adecuados y destetes antes de los seis meses de edad, entre otras tecnologías pecuarias de uso comprobado y efectivo. 
“Existe un número muy importante de productores ganaderos que no tienen ningún tipo de asistencia: ni pública ni privada”, comentó Feldkamp.
La producción ganadera está estancada desde antes de la explosión agrícola: existen pocas posibilidades de crecimiento del stock bovino en la situación actual. “El peso de faena que tenemos en la actualidad lo podríamos aumentar, aunque para llegar a niveles similares a los australianos tendríamos que faenar, en promedio, novillos con 80 kilos más de peso. 
Y eso no se va a lograr sin un cambio de sistema productivo”, explicó el técnico CREA.
“Llama la atención el porcentaje de establecimientos ganaderos con escalas relativamente altas pero con bajo nivel tecnológico. 
El paso del nivel tecnológico bajo a medio tendría consecuencias productivas muy importantes y con tecnologías de muy bajo costo”, añadió.
“Si no hay un buen diagnóstico no se acertará con las soluciones. ¿Por qué no se aplica la tecnología disponible? 
¿Es un problema de capacitación, de desconocimiento? 
¿Falta financiamiento? 
¿No existen expectativas para la actividad? 
¿Será que tiene otras razones que van más allá de cuestiones meramente económicas, tales como el prestigio?
 No encuentro razones para que alguien no aplique una tecnología de bajo costo que está disponible”, finalizó Feldkamp.

Congreso Tecnológico CREA 2011:  




“La avanzada tecnológica que viene en  


  camino" 


(Comunicado Nº 9)‏


Federico Trucco

Santiago Norris

Frank Brentrup

Julio Deluchi

“La industria está muy avanzada en el desarrollo de eventos con tolerancia a estrés abiótico; para aquellos que venimos de la genética tradicional esto nos parecía una utopía, pero hoy sabemos que tenemos materiales disponibles que permiten lograr rindes 15% a 20% superiores en situaciones de estrés”,
Así lo indicó Federico Trucco, gerente General del Instituto de Agrobiotecnología Rosario (Indear), durante una presentación realizada en el Congreso Tecnológico CREA que se está realizando en la ciudad de Córdoba. 

“Estamos mejorando los pisos de rindes, no tanto los techos; por supuesto, el estrés abiótico tiene un punto de quiebre, porque no se puede producir sin agua”, añadió.
“También existen algunos eventos que permiten mayores eficiencias en el uso de nutrientes; en China se están testeando esos materiales, los cuales van a permitir generar valor a través del cobro de créditos de carbono”, comentó Trucco.
El negocio de agroquímicos en el mundo representa unos 40.000 millones de dólares, mientras que el negocio de tratamiento de semillas mueve apenas 1500 millones de dólares.
“El costo de introducir una nueva molécula química en el mercado puede representar un costo de unos 220 a 230 millones de dólares y plazos de 10 a 12 años; esto implica que todo nuevo desarrollo, además de ser lento, debe tener un mercado global. Por este motivo son pocas las nuevas moléculas que llegan al mercado”, dijo Santiago Norris, quien hasta 2010 se desempeñó como presidente de Nitragin Argentina S.A. y actualmente es director de Novozymes (compañía que recientemente adquirió el 100% de Nitragin a nivel mundial).
“Los productos biológicos son complementarios de los fertilizantes. 

En los últimos años han comenzado a despertar un mayor interés de las empresas de agroquímicos y de fertilizantes”, apuntó Norris, quien además es productor agropecuario y miembro del CREA Henderson Daireaux.
“Esperamos un fuerte crecimiento del tratamiento industrial de las semillas versus la aplicación a campo: eso va a representar un paso muy importante para nuestra industria. 

Los fungicidas e insecticidas no van a ser reemplazados, pero con esto van a emplearse de una manera más eficiente y, en definitiva, más sustentable”, explicó.
Por su parte, Julio Eduardo Delucchi, gerente de Desarrollo y Registro de Agroquímicos de Sinochem Argentina, dijo que los problemas de resistencia de enfermedades o de insectos van a tender a incrementarse por la dificultad existente para introducir nuevas moléculas al mercado de manera rápida.
“Por ese motivo es importante tomar conciencia de la importancia del manejo correcto de los agroquímicos de uso actual”, apuntó Delucchi, quien desde 2006 forma parte de la Comisión Nacional para la Prevención de Resistencias (Conapre).
“Un manejo correcto implica buenas prácticas agrícolas en su conjunto, con el respeto de las recomendaciones técnicas en lo relativo a operación de aplicación, dosis, momento de aplicación y frecuencia de uso”, apuntó.
En tanto, Frank Brentrup, responsable de la investigación ambiental en el Centro de Investigación Hanninghof de Yara Internacional, señaló que la determinación de la huella de carbono de los fertilizantes –desde la elaboración de los mismos hasta su logística y aplicación– es un tema que en estos momentos está siendo evaluado por las principales compañías globales de nutrientes agrícolas.
Si bien el nitrógeno tiene un impacto significativo en la emisión de gases de efecto invernadero, Brentrup explicó que la reducción de las aplicaciones de ese fertilizante tendría un impacto sustancialmente mayor en términos de huella de carbono porque la consecuente caída de rindes agrícolas –generada por dicha reducción– obligaría habilitar nuevas tierras para uso agrícola.
“Tampoco es beneficiosa la aplicación de mayores cantidades de nitrógeno que las necesarias para obtener los rindes óptimos, dado que eso, al igual que la reducción, genera un impacto negativo en términos de la huella de carbono”, comentó Brentrup.

Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 



“Manejo por ambientes:" 




"oportunidades y riesgos"




(Comunicado Nº 8)



Gabriel Vázquez Amábile.


“¿Somos más competitivos con las tecnologías de agricultura de precisión o por ambientes? 
No lo sé, pero tenemos muchas más herramientas para conocer la variabilidad espacial y temporal. 
Lo más importante es recordar que las herramientas son medio y no un fin en sí mismo”.
Así lo indicó hoy Gabriel Vázquez Amábile, coordinador de la Comisión de Agricultura y Líder del Proyecto Ambiente del Movimiento CREA, durante una presentación realizada en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en la ciudad de Córdoba.
Amábile mostró un caso real referido a un lote agrícola de un campo localizado en la zona sudeste bonaerense que en 2008/09 logró un rinde promedio de 15 qq/ha girasol y en la campaña siguiente generó un rinde medio de 28 qq/ha de soja.
Posteriormente se realizó un mapeo de tosca del lote para determinar cómo impactaba dicha variable en los diferentes sectores del área evaluada. 

De esa manera, al analizar datos de las últimas 37 campañas, se evidenció que en las distintas áreas del lote –de las más a menos profundas– los rindes de soja en el período analizado habían oscilado en promedio entre 33,2 y 5,1 qq/ha.
 “Algunos sectores del lote generaban rindes tan bajos que ni siquiera valía la pena sembrarlos”, explicó Vázquez Amábile.
Luego se realizó el mismo análisis pero a partir de la necesidad de aporte de agua para lograr una disponibilidad de agua útil óptima: en los diferentes sectores los resultados obtenidos fueron de 95 a 328 milímetros (promedio de la seria por cada sector del lote). 
“Con estos datos, en caso de que el riego sea una opción viable, tendría sentido emplear riego variable, tal como se está haciendo en algunas zonas agrícolas estadounidenses; con eso nos ahorraríamos agua y combustible”, indicó el técnico.
Se puede dar un paso más e incorporar freatrímetros en cada sector del lote para comenzar a sectorizarlos y realizar rotaciones diferenciales según disponibilidad de agua proyectada durante el ciclo de cada cultivo.
“El manejo de estas tecnologías debería incorporarse en las universidades, así como también tendría que haber un mayor acercamiento entre asesores y prestadores de servicios”, señaló Vázquez Amábile.
Por su parte, Ricardo Martínez Peck, consultor privado en maquinaria agrícola, dijo que en agrónica “tenemos mapeadores de cosecha, pilotos automáticos, controladores de pulverización, fertilización y pulverización variable, podemos sectorizar siembras; todas estas tecnologías implican desafíos y limitantes”.
“En todos los casos es clave identificar las tecnologías superfluas de aquellas que agregan valor: a veces nos venden más de lo que realmente necesitamos para lograr una diferencia en los resultados”, advirtió.
“Para operar estas tecnologías es más fácil formar gente nueva, pero también tenemos que reciclar a trabajadores adultos que tienen un conocimiento valioso de la actividad. 
También es necesario formar técnicos que brinden soporte de las nuevas tecnologías: sin soporte incorporar tecnología es comprarse un problema.
Las empresas que nos brindan estas tecnologías también tienen la enorme responsabilidad de darnos un servicio de postventa eficiente”, apuntó Martínez Peck.
El especialista indicó que la telemática es la próxima gran tecnología por incorporar. 
“Con la telemática podría saber cómo están reguladas todas las sembradoras que están trabajando en una determinada zona y, a partir de esa información, evaluar si una sembradora determina está regulada dentro de los parámetros promedio de dicha zona. Hoy esta tecnología es cerrada, es decir, está siendo desarrolladas por algunas compañías, pero en un futuro quizás podamos tener acceso a ella”, proyecto.
En tanto, Martín Oesterheld, profesor asociado de la Fauba e investigador principal del Conicet, indicó que “con estas tecnologías los productores pasaron a disponer de una gran cantidad de datos que muchas veces no pueden procesar y se trata de datos que podrían aportar un conocimiento muy valioso”.
“La comunidad académica puede empezar a interactuar en mayor medida con los productores o asesores para procesar esos datos; eso sería beneficioso para ambas partes. Lo mismo puede decirse del sector profesional dedicado a brindar servicios a los empresarios agrícolas”, señaló.