jueves, 23 de junio de 2011


Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 


“Hoy el futuro se tornó completamente 


  impredecible.” 


(Comunicado Nº 5)‏


Yolanda Kakabadse.

Pocos años atrás el futuro era relativamente sencillo de predecir. Bastaba con proyectar escenarios con determinadas certezas y condiciones. Hoy, el futuro es simplemente impredecible. Así comenzó su disertación la presidente del Directorio Internacional del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF Internacional), Yolanda Kakabadse, en la segunda jornada del Congreso Tecnológico CREA 2011 que se está desarrollando en Córdoba.
“Estos tiempos son de escenarios inciertos, con sequías e inundaciones por igual, la aparición de bacterias, vectores desconocidos en algunos lugares del planeta y crisis económicas insospechadas”, graficó. Esta incertidumbre plantea nuevos escenarios “donde el ambiente recobra importancia”.
Recordó que la agenda verde, una década atrás, era apenas un espacio para ecologistas e idealistas que “molestaban” con una agenda confrontada al desarrollo y la economía y a la que se acusaba de preocuparse más por la naturaleza que por el hombre.
“Hoy es imprescindible reconocer el valor importante que tienen el ambiente y la naturaleza”, subrayó Kakabadse. 

En ese sentido, sostuvo que “en cualquier sociedad actual la sustentabilidad es una utopía. 
No existe una sociedad que pueda decir `llegué´. 
Y mientras más nos acercamos a la meta, más distante estamos de la sustentabilidad real. Es un reto permanente que se nos presenta, y por eso es tan fascinante”.
Igualmente, la especialista resaltó que la sustentabilidad deberá permitir que todos ganen, para disminuir la inequidad entre los países. “Seguramente, habrá quienes estén mejor y otros que deberán resignar algo. Pero debemos trabajar para agrandar la torta, porque todos somos importantes. Aunque no se trata de cuantificar las ganancias y las pérdidas sólo desde el aspecto monetaria, porque hay otros aspectos igual o más importantes”, evaluó.
La presidente de WWF Internacional, Al referirse a los recursos naturales desmitificó la idea de que recursos como bosques, aguas y suelos productivos sean renovables. 
Sostuvo que la solución para los problemas de agua en ciudades costeras está en la creación de más plantas desalinizadoras. 
Y enseguida planteó que el desafío principal actual es cómo llevar agua a Córdoba, Quito, Bogotá o Salta, dado que no sirve pensar en financiar proyectos de desarrollo si no se puede asegurar su provisión de agua.
Kakabadse también destacó el valor y peso específico de la biodiversidad, “palabra usada pero no asumida”, en nuestra calidad de vida. 
La interrelación de los ecosistemas y los seres vivos sustentan la vida, “pero no se le prestó la debida atención, por lo que queda mucho trayecto por recorrer”.
Criticó la falta de vínculos evidentes en los países latinoamericanos entre quienes tienen a su cargo la ciencia y las decisiones políticas. “En la formación académica nos olvidamos de construir un puente que traslade la información a los responsables de aplicar las políticas a partir de esa información”, dijo.
Por ese motivo llamó a invertir más en ciencia aplicada, dado a que por falta de conocimiento, la política pública puede provocar un desastre en un ecosistema. 
Y si una especie cae, luego caen otras como en un efecto dominó. Así, el reto vital es fortalecer el proceso de comunicación de la información hacia la política. 
“Porque no es malo tener intereses, mientras sean abiertos y se puedan discutir. 
Como tampoco es mala la negociación, mientras no haya negociados que atentan contra la transparencia”, indicó para remarcar que la negociación “es la sustentabilidad a la que se debe aspirar porque define las prioridades de una nación”.
Enriqueciendo su visión, ejemplificó el caso chino, donde las autoridades importan agua de todos los continentes, sabiendo que en su territorio escaseará en pocos años más, a partir de una decisión política consensuada y pensada para el largo plazo. 
La contracara, según la titular del Directorio Internacional del Fondo Mundial para la Naturaleza, es la incapacidad de desarrollar conjuntamente propuestas políticas globales entre Estado y privados en los países latinoamericanos. 
“Necesitamos aplicar una inyección profunda, porque la riqueza imaginativa de Latinoamérica existe, es reconocida. 
Pero la mantenemos guardada”, apuntó.
“En este siglo, no podemos seguir cuantificando el PBI sólo a partir de divisas y relación entre lo que entra y sale. 
El PBI también debe cuantificar pérdidas y ganancias sociales, capacidad de inversión tecnológica, educación, capacidad de tomar decisiones y las fortalezas de sus instituciones. 
Mientras no tengamos claro este aspecto, no podremos saber si avanzamos o retrocedemos”, reveló.
Responsabilidad Social
En otro tramo de su exposición Yolanda Kakabadse también abordó la temática de la responsabilidad social, merced a la cual especialmente las empresas deben sentir “sorpresa y admiración” por una sociedad cada vez más exigente en términos de consumo. No sólo de alimentos, sino también por tendencias que no reconocen fronteras, como la obesidad y otras enfermedades sociales que generan cambios de comportamiento.
“Se reconoce el valor de lo orgánico, la importancia de dietas balanceadas, la exigencia de certificación a los productores. 
Todo esto nos brinda posibilidades reales de competitividad. 
Pero debemos pensar en la parte oscura de la producción de alimentos: los desperdicios. 
El 43 por ciento de lo que desechamos en nuestras casas es comida empacada, ya sea porque consideramos que no tiene valor o porque su fecha de vencimiento nos obliga a botarla”, ilustró.
“La sociedad de consumo, con sus normas, nos dice que hay que deshacerse de esa comida, nos hace cómplices de un comportamiento que no es el ideal, porque muchas veces tiramos comida en buen estado”, manifestó.
Avanzando sobre el cambio climático, la especialista destacó que Canadá y Rusia mantienen silencio respecto al tema, “mientras nuestros países, Europa y Asia se pelean. 
Canadienses y rusos callan, porque el cambio los va a favorecer. Se abren expectativas de nuevas rutas en el Ártico, nuevas posibilidades para la agricultura”.
Como en todo, hay ventajas y desventajas. 
Desafíos que son muy negativos y oportunidades inmejorables. “Debemos adoptar medidas para mitigar el impacto del cambio climático. 
Una de ellas es considerarnos parte y actores de nuestros ecosistemas, como por ejemplo la cuenca amazónica, el bosque atlántico repartido entre Argentina y Brasil y la cuenca hídrica argentina con sus ríos, pantanos y océanos. 
Cada acción que se toma en tierra impacta en el océano. 
Por eso debemos profundizar los cuidados, porque cuando se pierde una especie, nos damos cuenta muy tarde. 
Y el 60 por ciento de la alimentación mundial está relacionada con el océano”, aportó.
Finalmente, Kakabadse se refirió a las iniciativas mundiales tendientes a preservar el planeta y mitigar las diferencias sociales y económicas. 
Lo hizo a partir del entendimiento de que las zonas urbanas, generalmente mal planificadas, serán las que más padecerán los efectos de las acciones del hombre sobre el medio ambiente. Especialmente, los sectores marginados y con mayor vulnerabilidad.
En cuanto a las cumbres sobre cambio climático, advirtió que se convirtieron en una puja por el poder. 
“Avanza lentamente en manos de negociadores que no tienen visión política y sólo piensan en lo inmediato”, criticó. 
Por eso clamó por “la aplicación de una inyección de decisiones políticos que le brinde oportunidades reales a todos los continentes”.
Asimismo, aludió a la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible Río+20 que Brasil acogerá en 2012. 
“Debe ser visto como un disparador de propuestas a implementar en el mediano y largo plazo. 
Porque nosotros mismos, como ciudadanos, podemos garantizar su éxito si nos preparamos para entregar propuestas de solución conjunta a los problemas actuales”, evaluó.
“Los recursos naturales se están agotando y sabemos que no podemos depender de ellos para siempre. 
Por eso se torna imprescindible recobrar el equilibrio. 
Debemos proteger nuestro medio ambiente, el planeta cuanto antes y cuidar la infinidad de servicios que nos ofrecen los ecosistemas. 
Hoy en la OMS existe una agrupación llamada amigos de los pescados, integrada por Ecuador, Perú, Brasil, Estados Unidos, Noruega y Japón, una mezcla impensable que refleja la preocupación de esos países por los recursos marinos. 
Hay preocupación por la sustentabilidad de la soja y con las cuestiones ganaderas y la certificación agrícola debe suceder lo mismo”, postuló.