miércoles, 22 de junio de 2011


Congreso Tecnológico CREA 2011: 


“Oportunidades que no pueden

  desaprovecharse” 


    (Comunicado Nº 4)‏



Viraj Tarkunde                                               




Félix Peña

Mariano Bosch (h)


Frederik Vossenaar.





“Siguen habiendo un montón de oportunidades de crecimiento”. Así lo indicó Mariano Bosch (h), CEO de Adecoagro, durante una presentación realizada durante el Congreso Tecnológico CREA que se estará realizando hasta el próximo viernes en la ciudad de Córdoba.
“En Corrientes, por ejemplo, vemos una oportunidad con la producción de arroz y vamos a seguir creciendo ahí. 

En lechería la Argentina está perdiendo una oportunidad increíble: somos unos pocos lugares en el mundo que tiene plena disponibilidad de maíz y proteínas vegetales para transformar en proteínas animales”,
Bosch recordó que una tonelada de maíz tiene un precio FOB del orden de 300 dólares, mientras que una tonelada de leche en polvo tiene un valor de alrededor de 4500 dólares.
Adecoago produce casi un millón de toneladas de productos agropecuarios en unas 300.000 hectáreas localizadas en naciones del Cono Sur.
 Emplean a alrededor de 6000 personas. 
A comienzos de este año recaudaron 420 millones de dólares al lanzar una Oferta Pública de Acciones en el Nasdaq.
“Tenemos esos recursos para seguir haciendo desarrollos: la demanda existe y va a seguir existiendo; nosotros tenemos activos para abastecer esa demanda, tenemos un modelo sustentable de producción y gente capacitada para manejarlo”, apuntó Bosch.
Por su parte, Félix Peña, director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank, indicó que “se está viviendo un momento revolucionario en términos históricos: tenemos que sacar provecho de las oportunidades que se nos están abriendo”.
“El primer deber que tenemos es la capacidad de diagnóstico, debemos tratar de entender qué es lo que está pasando y cómo se mueven nuestros competidores; no se trata de tener un diagnóstico voluntarista y pensar que estamos en una mina de oro”, explicó Peña.
“En los próximos 15 años se van a incorporar en las ciudades de China el equivalente a la población actual de EE.UU., eso implica un cambio cualitativo y va a requerir una movilización de inteligencia e innovación”, añadió.

Peña además dijo que la segunda condición es la presencia sostenida en los mercados externos de la oferta originada en el país. “No es suficiente una estrategia de exportaciones ocasionales en base a ventajas coyunturales: cada vez más es necesario lograr una inserción estable en terceros mercados de empresas que internacionalicen sus estrategias de producción y comercialización”, consideró.

“Una tercera condición es la inserción del país en múltiples espacios y redes trasnacionales, como resultante de la negociación de distintas modalidades de alianzas estratégicas y de acuerdos comerciales, y de la inserción activa de sus empresas en encadenamientos productivos transnacionales, tanto globales como regionales”, indicó el director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank.
En tanto, Viraj Tarkunde, directivo de Louis Dreyfus Commodities India, señaló que “en India, si bien somos importadores de aceites vegetales, producimos suficiente comida para la población local, pero podríamos llegar a tener que importar comida si la demanda interna sigue creciendo”.
Tarkunde señaló que la posibilidad de que el crecimiento de la oferta india de alimentos acompañe a la demanda proyectada está limitada por la falta de disponibilidad de tierras productivas y de inversiones suficientes en infraestructura.
Frederik Vossenaar, consejero Agrícola de la Embajada del Reino de los Países Bajos en Argentina, señaló que la Política Agrícola Común de la UE-27 perdió mucha importancia en los últimos años y todo indica que seguirá en ese sentido en la reforma prevista para 2013.
“Los gastos agrícolas de la UE van a disminuir y serán dirigidos a una agricultura verde, sin apoyo de precios o intervenciones al mercado. Pero los contribuyentes europeos van a estar dispuestos a pagar subsidios agropecuarios por el mantenimiento del empleo, de los paisajes, y los servicios ecológicos que brindan esas actividades”, explicó Vossenaar.
“Debido a esta mayor orientación al mercado, un gran número de medidas, que hasta ahora eran los principales instrumentos de la PAC, hoy apenas representan una red de seguridad utilizada únicamente en casos de fuerte baja de precios. En términos de la OMC, todos los gastos de la PAC serán parte de una caja verde”, añadió.
“Los supermercados quieren distinguirse y entre ellos compiten para ganar una imagen verde. Es una oportunidad para los productores que entienden los deseos de ese tipo de supermercados, es una oportunidad para los productores que pueden mostrar que su producción es sustentable. No importa si son europeos o argentinos”, apuntó el diplomático europeo.
Vossenaar. Dijo que en la comercialización de nuevos alimentos “vemos ya productos innovadores que tienen relación con el tipo de producto, producción ética, menos energía (CO2-footprinting), fair trade o envases ecológicos. Lo que tienen en común todos ellos es que ponen una respuesta a la demanda de los consumidores que piden paz en su mente con relación a la sustentabilidad del proceso de producción”.

Congreso Tecnológico CREA 2011: 


 “Es imprescindible dejar en paz al maíz” 


   (Comunicado Nº 3)‏


En el marco de la Primera Jornada del Congreso Tecnológico CREA 2011 que se está llevando a cabo en la ciudad de Córdoba, el director del Instituto Interamericano para la investigación del cambio Global de Brasil, Holm Tiessen, aseguró que el desafío del desarrollo tecnológico es “actuar como un motor positivo ante las nuevas contingencias que plantea un mundo con contingencias múltiples”. 
Y bregó por que se deje en paz al maíz como alimento, ya que su potencialidad dentro del sistema de producción de biocombustibles es escasa.
En su exposición sobre “Desafíos tecnológicos para capturar las nuevas oportunidades” el disertante brasileño adelantó que asoma una huella muy importante de carbono en todo el mundo. “En ese espacio, Argentina tiene asignada una contribución muy pequeña, aunque, de no tomarse ciertos recaudos puede multiplicarse y alcanzar niveles similares a Estados Unidos y Europa”.
Tras trazar el panorama que se abre sobre los suelos sudamericanos, sostuvo que “habrá que limitar el uso del C y CO2, porque si bien tiene una potencialidad enorme para sus tierras en pleno desarrollo, también representan serios riesgos”.
“Como agricultores atravesamos una situación difícil, generando determinados niveles de carbono, a partir de las necesidades universales de alimentos y por la presión internacional de apostar a los biocombustibles. La presión viene de todos lados”, consideró.
El especialista planteó que se atraviesa un gran desafío de cara el futuro, pensando en la productividad y en la función ambiental y global de las áreas y los suelos. “La elección de cada pueblo debe atender y repensar que los residuos no son energía gratis”, planteó.
Tiessen no mostró un gran optimismo sobre la apuesta hacia el biocombustible para el sector del transporte, tal como pretenden Europa y Estados Unidos.

 “Los restos fósiles siguen siendo una posibilidad”, destacó. 
Y explicó su tesitura desde el aspecto energético. 
“Quemar alcohol de maíz es como hacer arder dos veces el combustible para emplear la energía una sola vez. 
Actualmente se quema mucho y en el mediano plazo la situación será más grave en procura de sustituir los combustibles fósiles”, puntualizó.
En ese sentido, consideró que Argentina atraviesa una situación mejor que la de Brasil. 
Aunque exhortó a que en el futuro próximo surjan tecnologías alternativas “para dejar al pobre maíz en paz, porque la gente quiere comer maíz. 
Sinceramente, creo que el alcohol de maíz no es realmente útil para el sistema de la producción”.
Sobre los problemas que en el corto tiempo atravesarán las naciones agrícolas, el director del Instituto Interamericano para la investigación del cambio Global de Brasil recordó que varios aspectos dependerán de regiones “que no se caracterizan por su estabilidad política”.
“Si observamos detenidamente, el 50 por ciento de las reservas mundiales de fosfato estarán ubicadas en el norte del África, región políticamente inestable. 
Si a eso le sumamos que la mayor explotación de petróleo está en el mundo árabe, acordaremos con que el panorama no es el mejor. 
Podemos tomar como ejemplo a China, que tomó la decisión política de limitar sus exportaciones de fosfato, porque sabe que va a necesitar las reservas para el futuro. 
Siempre la concentración en pocas manos, termina siendo perjudicial para la mayoría, por el manejo de precios que permite”, dijo.
Tiessen insistió en a que los responsables de las políticas agrarias deben pensar en los recursos actuales, para no correr riesgos futuros por la posible carencia. 
“Próximamente tendremos un pico de producción de fosfato, como sucedió puntualmente con el petróleo. 
Y llegará un momento en que se acabará, o se producirá a costos muchos más altos. 
Por eso tenemos que estar preparados, porque los precios van a subir, más allá de que puedan surgir nuevas reservas”, apuntó.
Adentrándose en la situación que se vive en Argentina, el especialista mostró su preocupación por el cambio climático que se está gestando en las “pampas, donde las temperaturas en verano tornan prácticamente imposible la vida. 
A eso hay que sumarle que faltan lluvias para sostener el proceso productivo”.
El brasileño destacó que este cambio del clima aflige a 30 millones de hectáreas, “una superficie mayor que todas las praderas de Canadá”. 
También recordó que estas transformaciones son producto de un proceso de 15 años, “con fuerte impacto sobre la productividad.
“De Córdoba hacia el norte del país, siempre se dependió de las lluvias. 
Cuando llovía un poco más, se ahorraba agua para el riego. 
Pero a partir de la nueva tendencia en el sector, se hizo un mal uso del agua, porque se emprendieron inversiones con exigencias de rendimientos altos. 
Y ante fenómenos como la “Niña”, que deja una gran sequía como secuela, no sólo se consume el agua reservada oportunamente, sino que se requiere más para equilibrar la productividad. 
Y esto no es bueno en absoluto”, manifestó.
Al respecto, trazó una analogía con lo que sucede en la zona desértica de Estados Unidos, donde desde Texas gasta el norte de Montana se están agotando las reservas subterráneas, en pos de dar una imagen imposibles desde la naturaleza.
Exhortó, entonces, a observar las experiencias ajenas, pero no cometer errores similares. 
Lo hizo al referirse específicamente a la iniciativa presentada por legisladores pampeanos, para trazar un acueducto que permita paliar su natural escasez acuífera. 
“Si queremos tomar ejemplos, busquemos los positivos, como Canadá, cuyos deshielo permite el desarrollo de la agricultura desde hace 150 años”, graficó.
“Los desafíos son enormes. 
Pero el principal es tomar decisiones que no afecten a nuestros países, ni a los vecinos. 
Nosotros decidimos el mundo en que queremos vivir. 
A nadie le escapa que la urbanización tiene sus propios problemas. 
Pero el sector agrícola debe repensar cómo vivir con variedad climáticas y recursos cada vez más caros y escasos, algunos de ellos, incluso, agotados”, postuló.
Finalmente, el especialista brasileño lamentó la falta de diálogo que sigue existiendo entre el gobierno argentino y el sector agropecuario. 
Y remarcó que ningún sector productivo sobrevivirá en el mundo globalizado sin apoyo político.
“Me apena que Argentina, con su alto desarrollo de conocimiento y tecnología, no pueda sentar en la mesa a los productores y a sus políticos. 
Los agricultores franceses, cuando descargan a modo de protesta su producción y sus deshechos en los Champs Elysees, tienen apoyo político. 
Acá no sucede. 
Es imprescindible trazar una política estructural para el sector agropecuario. 
Los políticos, solos, no podrán hacerlo. 
Y los productores, por su cuenta, tampoco. 
La trazabilidad del plan depende de la tecnología política. 
Y creo que éste es el mensaje más importante”, concluyó.

SABIAS PALABRAS, SABER HOY QUE HAREMOS MAÑANA, Y NO PROFUNDIZAR MODELOS CORRUPTOS, QUE ENRIQUECEN A UNOS POCOS AMIGOS DEL PODER Y SUMERGEN EN LA MISERIA A LOS PUEBLOS, PARA EJEMPLO TENEMOS VARIOS. . .


 


Congreso Tecnológico CREA 2011: 


"Saber hoy qué haremos mañana" 


(Comunicado Nº 1)



Francisco Iguerabide.


Presidente del Congreso Tecnológico CREA 2011.

Voy a comentar tres momentos que fueron importantes para la definición del temario del presente Congreso Tecnológico CREA.

En primer lugar, un intercambio sobre el contexto en el cual llevamos adelante nuestra actividad. 

Intercambiamos pareceres sobre la misión de las empresas y definimos que, si bien son generadoras de productos, la misión de las mismas consiste en servir a la sociedad que las contiene.
También hablamos mucho de la interdependencia entre las personas, tanto en la actividad diaria cotidiana como en la empresaria. 

Hoy más que nunca dependemos de muchos actores y muchas personas dependen de nosotros. 
Esto está potenciado por la tecnología de las comunicaciones, que nos permite llegar a mucha más gente y generar nuevos vínculos sin restricciones geográficas.
Esa interdependencia es positiva porque nos permite mejorar lo que estamos haciendo a una velocidad creciente. 

Pero también estamos más expuestos y, por ende, los valores de las personas pasan a jugar un rol crucial.
Hoy la sociedad se preocupa por qué producimos, cómo lo hacemos y cómo nos va: debemos ser nosotros mismos quiénes demos respuesta a estas inquietudes.
En segundo lugar, definimos cuál debería ser la propuesta de valor para los asistentes del Congreso Tecnológico CREA. 

¿Por qué vale la pena dedicar tres días para pensar en el largo plazo cuando existen muchos temas urgentes en la coyuntura? Porque sabemos por experiencia que dedicar tiempo a pensar en el largo plazo nos hace tomar mejores decisiones en lo inmediato; decisiones cuyo resultado cosecharemos con el tiempo.
Creemos que no solamente tenemos que ampliar nuestra visión, sino profundizarla, entendiendo por esto ir a las causas profundas que están involucradas en los procesos a partir de los cuales se construye la realidad.
Queremos que las empresas y los empresarios encuentren nuevas ideas para progresar en un ámbito sustentable para todos.

Finalmente, como institución, queremos consolidar nuestra misión de Crear Confianza y Potenciar Ideas, para construir entre todos Una Argentina Posible. 

En ese sentido, queremos que las ideas que aquí se instalen, sean útiles para ser aplicadas en beneficio de las empresas, la sociedad y el ambiente.
En tercer lugar, quería comentarles el objetivo específico de este Congreso Tecnológico, que es generar un ámbito a partir del cual se instalen los temas cruciales que nos permitan anticiparnos a las necesidades del mundo y mejorar así la competitividad de las empresas.

La anticipación es fundamental para dar respuesta oportunamente y la competitividad es fundamental para hacerlo bien. No entendemos la competitividad como una carrera, sino como la búsqueda de la manera más eficiente para alcanzar los objetivos propuestos.
El ámbito y la forma de hacerlo son fundamentales. 

Buena parte de las respuestas que necesitamos no están en ningún manual, sino en la síntesis integradora del intercambio de diferentes saberes y conocimientos. 
En esto la diversidad de aportes es fundamental, siempre y cuando los mismos estén sustentados, claro, en vínculos sólidos sustentados en valores firmes.
De eso se trata este encuentro: de saber hoy qué haremos mañana. Tenemos un gran desafío por delante en los próximos días. 

Muchas gracias.

CUANTAS VERDADES TODAS JUNTAS. LASTIMA QUE QUIENES DEBIERAN VER Y ENTENDER ESTE MENSAJE, SEGURAMENTE ESTAN PENSANDO EN GANAR ELECCIONES PARA IMPEDIR MÁS.



Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 



“El agro debe ser la vanguardia de 


  un proyecto nacional” 

   

(Comunicado Nº 2)‏



“La tarea nacional pendiente en nuestros países es organizar un nuevo modelo de desarrollo, basado en la ampliación de oportunidades para trabajar, para producir y para aprender. Nuestros pueblos no quieren caridad sino instrumentos”, señaló Roberto Mangabeira Unger, ex Ministro de Asuntos Estratégicos durante el gobierno de Lula da Silva en Brasil, durante la primera jornada del Congreso Tecnológico CREA 2011
“El atributo más importante de nuestros países es su vitalidad. Una vitalidad desmesurada, asombrosa y anárquica. 

Nuestra tragedia histórica ha sido negar a ese dinamismo frustrado los instrumentos y las oportunidades para fecundarlo”, agregó el disertante. 
En su opinión, “la agricultura es el terreno más importante para superar esta tragedia histórica”.
Agricultura y desarrollo nacional
Durante la primera parte de su charla, Mangabeira Unger ubicó al agro en el contexto de una propuesta nacional. 
“Lo que predominó en nuestros países en las últimas décadas fue la popularización del consumo.                                                         Un consumismo popular, sin el correlato de un desarrollo productivo”. 
Algunas de las consecuencias de ese proceso fueron una fuerte presión inflacionaria, el avance de un proceso desindustrializante y un creciente desequilibrio comercial. 
Pero lo peor, en su opinión, fue “negar instrumentos a nuestros países para ascender en la escala de la productividad. 
No prosperaremos siendo una China con menos gente, sino apostando a la calificación y la valoración del trabajo”.
En todo el período histórico en el que predominó como proyecto nacional la popularización del consumo, la agricultura, explicó el orador, fue vista como una mera fuente de financiamiento. “Fuente de riqueza fácil para subsidiar el consumo de las masas urbanas. 
Nunca fue vista como vanguardia potencial de una alternativa productiva”.
La construcción de un “productivismo incluyente” exige “lo que raramente hicimos en nuestras historias nacionales: 
Innovar en las instituciones, incluso en las instituciones económicas que definen a las economías de mercado”.
“No basta con regular el mercado y contrabalancear sus efectos recurriendo a políticas sociales. 
Es necesario reconstruir el mercado en su terreno institucional para asegurar más acceso a más mercados para más personas, de más maneras. 
Y la agricultura, más que una fuente de financiamiento, tiene que ser vista como el ámbito propicio para iniciar esta tarea”.

Hacia un modelo post-fordista.
La esencia del sistema industrial establecido en nuestros países en el siglo pasado, explicó Mangabeira Unger, fue lo que los especialistas llamaron “fordismo industrial”. 
Es decir, la producción en gran escala, con procesos productivos rígidos, mano de obra semiespecializada y relaciones de trabajo muy jerárquicas y rígidas. 
“Eso sirvió para alcanzar patrones de excelencia fabril, pero es retrógrado en su paradigma tecnológico y organizativo. 
Tenemos, por lo tanto, dos tareas simultaneas en materia de reconstrucción industrial”. 
Ellas son:
-Superar el “fordismo tardío” y avanzar hacia formas de producción más descentralizadas, flexibles, intensas en conocimiento y orientadas a la innovación permanente.
-Organizar fuera de los centros industriales el pasaje hacia el post fordismo. 
Esto implica innovar institucionalmente en las políticas industriales, y fomentar entre los productores -sobre todo entre los pequeños y medianos- relaciones de competencia cooperativa. 
Es decir, que puedan competir unos contra otros pero cooperando para lograr economías de escala.
“Hay que romper el chaleco de fuerza que suprime la vitalidad de las naciones en vez de vitalizarla”, explicó el disertante.
El agro como vanguardia.
En la segunda parte de su charla, Mangabeira Unger profundizó su visión de modelo agrícola como vanguardia de un proyecto nacional. 

El mismo debe tener, en su opinión, tres objetivos:
-Superar el contraste meramente ideológico entre agricultura familiar y agricultura empresarial. 
“No hay dos agriculturas en el mundo.                                          Sólo hay una. 
El imperativo es asegurar atributos empresariales a la agricultura familiar”, expresó.
-Insistir en la industrialización, es decir, en la agregación de valor a los productos agropecuarios para poder subir su escala y su productividad.
-Construir en todo el país una clase media rural fuerte.  “Entiendo que ese proyecto implica garantías por parte del Estado para lograr superar nuestra dependencia ruinosa e innecesaria del cartel mundial de fertilizantes. 
Los fertilizantes implican hoy el 40% del costo de los productos agrícolas”.
Iniciativas institucionales.
El “proyecto agrícola libertador”, como lo definió Mangabeira Unger, implica lograr, previamente, una serie de innovaciones institucionales:
-Organizar el extensionismo agrícola a nivel nacional.
-Popularizar el acceso a los instrumentos con los que la agricultura se resguarda contra el riesgo.                                      “La agricultura pequeña y mediana afronta la combinación de un doble riesgo: volatilidad de precio y clima”, dijo el disertante.
Los instrumentos tradicionales para hacer frente a esta amenaza (los precios mínimos, los seguros agrícolas y el seguro de renta) están siendo substituidos en todo el mundo por una nueva ingeniería financiera de opciones. 
“El problema es que estos servicios sólo están disponibles para los grandes productores. 
El Estado debería ayudar a ponerlos en disponibilidad para los pequeños y medios productores”.
-Reorganizar los mercados agrícolas. 
“En nuestros países, los productores están fragmentados, mientras que los proveedores y compradores se encuentran cartelizados, por lo cual se llevan la parte del león. 
Es necesario radicalizar la competencia, imponiendo el capitalismo a los capitalistas. 
Hay que desorganizar los carteles de proveedores y compradores y usar las armas del Estado para aumentar el poder de negociación de los productores”, manifestó.

Mala imagen.
Para que todo esto ocurra, es necesario evitar que la agricultura aparezca en el imaginario nacional como un grupo sectorial que a través del lobby defiende sus intereses corporativistas. 
Los productores agrícolas tendrían que participar en el imaginero nacional no sólo como un sector, sino como un grupo de ciudadanos que proponen las líneas avanzadas de un nuevo camino de desarrollo nacional. 
Esto les otorgaría el derecho a hacer dos clases de exigencias:

-Que la riqueza tributada por la agricultura sea usada para financiar la industrialización de los productos agropecuarios.

-Que se construya una asociación entre el poder público y los productores privados, para avanzar en este nuevo marco institucional liberador.

Pero para llegar a esa instancia, hay que superar la actual cultura de desencanto en relación con la política, “una cultura que heredamos del hemisferio norte, sin tener en cuenta que no somos Dinamarca ni Suiza. 
Nosotros necesitamos desesperadamente a la política para construir nuestro futuro”.

Superar el desencanto con la política implica instaurar en nuestros países una cultura de la rebeldía, aliada con la imaginación, y muy especialmente, la imaginación institucional.
“Dirán que falta fuerza para lograrlo; pero les aseguro que la insurgencia generará su propia fuerza. 
También dirán que falta esperanza: Pero la desesperanza no es la causa de la inacción, sino, principalmente, su consecuencia”, concluyó.