domingo, 26 de junio de 2011


Congreso Tecnológico 


CREA 2011: 



“Manejo por ambientes:" 




"oportunidades y riesgos"




(Comunicado Nº 8)



Gabriel Vázquez Amábile.


“¿Somos más competitivos con las tecnologías de agricultura de precisión o por ambientes? 
No lo sé, pero tenemos muchas más herramientas para conocer la variabilidad espacial y temporal. 
Lo más importante es recordar que las herramientas son medio y no un fin en sí mismo”.
Así lo indicó hoy Gabriel Vázquez Amábile, coordinador de la Comisión de Agricultura y Líder del Proyecto Ambiente del Movimiento CREA, durante una presentación realizada en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en la ciudad de Córdoba.
Amábile mostró un caso real referido a un lote agrícola de un campo localizado en la zona sudeste bonaerense que en 2008/09 logró un rinde promedio de 15 qq/ha girasol y en la campaña siguiente generó un rinde medio de 28 qq/ha de soja.
Posteriormente se realizó un mapeo de tosca del lote para determinar cómo impactaba dicha variable en los diferentes sectores del área evaluada. 

De esa manera, al analizar datos de las últimas 37 campañas, se evidenció que en las distintas áreas del lote –de las más a menos profundas– los rindes de soja en el período analizado habían oscilado en promedio entre 33,2 y 5,1 qq/ha.
 “Algunos sectores del lote generaban rindes tan bajos que ni siquiera valía la pena sembrarlos”, explicó Vázquez Amábile.
Luego se realizó el mismo análisis pero a partir de la necesidad de aporte de agua para lograr una disponibilidad de agua útil óptima: en los diferentes sectores los resultados obtenidos fueron de 95 a 328 milímetros (promedio de la seria por cada sector del lote). 
“Con estos datos, en caso de que el riego sea una opción viable, tendría sentido emplear riego variable, tal como se está haciendo en algunas zonas agrícolas estadounidenses; con eso nos ahorraríamos agua y combustible”, indicó el técnico.
Se puede dar un paso más e incorporar freatrímetros en cada sector del lote para comenzar a sectorizarlos y realizar rotaciones diferenciales según disponibilidad de agua proyectada durante el ciclo de cada cultivo.
“El manejo de estas tecnologías debería incorporarse en las universidades, así como también tendría que haber un mayor acercamiento entre asesores y prestadores de servicios”, señaló Vázquez Amábile.
Por su parte, Ricardo Martínez Peck, consultor privado en maquinaria agrícola, dijo que en agrónica “tenemos mapeadores de cosecha, pilotos automáticos, controladores de pulverización, fertilización y pulverización variable, podemos sectorizar siembras; todas estas tecnologías implican desafíos y limitantes”.
“En todos los casos es clave identificar las tecnologías superfluas de aquellas que agregan valor: a veces nos venden más de lo que realmente necesitamos para lograr una diferencia en los resultados”, advirtió.
“Para operar estas tecnologías es más fácil formar gente nueva, pero también tenemos que reciclar a trabajadores adultos que tienen un conocimiento valioso de la actividad. 
También es necesario formar técnicos que brinden soporte de las nuevas tecnologías: sin soporte incorporar tecnología es comprarse un problema.
Las empresas que nos brindan estas tecnologías también tienen la enorme responsabilidad de darnos un servicio de postventa eficiente”, apuntó Martínez Peck.
El especialista indicó que la telemática es la próxima gran tecnología por incorporar. 
“Con la telemática podría saber cómo están reguladas todas las sembradoras que están trabajando en una determinada zona y, a partir de esa información, evaluar si una sembradora determina está regulada dentro de los parámetros promedio de dicha zona. Hoy esta tecnología es cerrada, es decir, está siendo desarrolladas por algunas compañías, pero en un futuro quizás podamos tener acceso a ella”, proyecto.
En tanto, Martín Oesterheld, profesor asociado de la Fauba e investigador principal del Conicet, indicó que “con estas tecnologías los productores pasaron a disponer de una gran cantidad de datos que muchas veces no pueden procesar y se trata de datos que podrían aportar un conocimiento muy valioso”.
“La comunidad académica puede empezar a interactuar en mayor medida con los productores o asesores para procesar esos datos; eso sería beneficioso para ambas partes. Lo mismo puede decirse del sector profesional dedicado a brindar servicios a los empresarios agrícolas”, señaló.

No hay comentarios: