domingo, 26 de junio de 2011



Congreso Tecnológico CREA 2011: 


"El medioambiente espera una 



respuesta: 

 


preactiva de la ganadería"


(Comunicado Nº 15)‏.




Aníbal Pordomingo

Germán Baldi

Fernando Miñarrao


Fernando Miñarro, de Fundación Vida Silvestre Argentina, Aníbal Pordomingo, investigador del INTA y Esteban Jobbágy, investigador del CONICET coincidieron en la propuesta de analizar los desafíos productivos y ambientales que se plantean de cara a la próxima década. 
Y al cabo de la charla coincidieron en que el proceso pecuario no tiene por qué ser un enemigo de la sustentabilidad ambiental. 
Lo hicieron en el marco del panel Líneas de acción para el 2020: Cómo resolver los desafíos.
Aníbal Pordomingo asumió que más allá de todos los inconvenientes que atraviesa la actividad, los productores anónimos e individuales van encontrando de forma más ágil y veloz las respuestas a sus problemas. 
Al menos, más rápido que las soluciones que puedan emanar de otros ámbitos más formales.
“Se habla de un índice de baja eficiencia en la producción. 
Sin embargo, muchos de ustedes logran superar con creces esos índices. 
Y nosotros vamos aprendiendo de su trabajo. La superación es permanente y hay que reconocerlo, porque no siempre lo hicieron en un contexto de precios internacionales favorables”, resaltó.
El especialista del INTA exhortó a quitarse de encima la mochila de ser oferentes de las proteínas que precisa el mundo. 
Sí llamó a tomar conciencia de que el país puede jugar un rol importante como formador de precios en el mercado bovino. 
“La carne bovina jugará un nuevo rol en el corto plazo. 
Y Argentina no es una isla. 
Tenemos problemas que se repiten en otros países, como la falta de terneros. 
Por eso yo los invito a mirar el vaso en su conjunto, y no sólo su parte vacía”, reclamó.
Pordomingo reconoció que los productores se sintieron cómodos con los sistemas de producción que fueron trabajando y puliendo a lo largo de los años, apostando a la cría como se pudiera, a la recría a partir de distintas estrategias y a las terminaciones sobre pastura, verdeo de invierno.
Siempre al borde la improvisación.
“Nuestro sistema de producción nos llevó a considerar diferentes alternativas. 
Sea terminación a coral como alternativa a la cesión de miles de hectáreas a la agricultura, o instalando el engorde a corral. Descubrimos que con estrategias nacionales podíamos producir terneros de 280 kilos, y que era más económico que apostar a los más pesados”, repasó.
“Creímos haber aprendido hacer engorde a corral. 
También cedimos campos de buena calidad de invierno, llevando la recría al corral y planteamos estrategias de terminación en pastoreo, continuadas en corral si el negocio era aceptable. 
Hoy todos los modelos permanecen vigentes, quizás con determinadas tendencias específicas por zonas. 
Lo que está claro, es que no se avizora una tendencia única en el futuro”, añadió.
Los modelos no siguen jamás una sola tendencia o trayectoria. 
La sensación es que en los últimos años estamos cómodos con lo aprendido. 
Incluso con los logros de aumentos de peso de los animales, aún sabiendo que son insuficientes.
 Estuvimos ¿estamos? cómodos y tranquilos porque aprendimos a manejar el corral, visualizando las distintas problemáticas. 
Pero estamos a medio siglo de distancia de otras naciones que hacen las cosas bien. 
Deberemos recorrer esa distancia en menos de una década. 
Lo importante es que debemos concientizarnos en que disponemos del espacio para sea mejora”, subrayó.
Desde el punto de vista medioambiental, un dato no menor, fue la invitación de un representante de Vida Silvestre al Congreso Tecnológico CREA 2011. 
Fernando Miñarro apostó a no reemplazar los ecosistemas naturales, sino que la actividad productiva se base en ese mismo ecosistema.
“Tenemos mucho por ganar. 
No hablamos de una ganadería extensiva en la región de los pastizales o sabanas. 
Somos concientes de que la ganadería en ciertas regiones es incompatible. 
Pero en el caso de los pastizales, es una gran oportunidad para avanzar e integrar los dos objetivos: sustentabildiad e intensificación de la producción”, trazó.
“La sustentabilidad no sólo implica la conservación de recursos como el suelo o el agua, sino otros valores a los que cuesta ponerle un valor económico, pero son igual de importantes como la diversidad biológica y los ecosistemas que sostienen nuestros sistemas productivos”, manifestó.
Miñarro planteó dos pilares fundamentales a fortalecer para alcanzar el objetivo de conservación medioambiental y producción. 
El primero es el conocimiento, con un modelo de manejo de pastizales pensado en una base ecológica, tendiente al estudio de cada sistema para su mejor aprovechamiento. 
El segundo, poner varias “cabezas a pensar” en distintas disciplinas para alcanzar la integración entre producción y conservación, alcanzando los valores más óptimos tanto para el objetivo de producir y conservar.
Asimismo, el representante de Vida Silvestre mostró su preocupación por la ausencia de autoridades oficiales tanto del área de producción como medioambiental. 
Aunque rescató la presencia uruguaya en la materia. 
“Esta ausencia es un error. 
Es imprescindible la participación mancomunada para acercar los resultados, mejorar las políticas publicas agropecuarias, integrar la biodiversidad, porque todo ello suma calidad y beneficios para todos”, remarcó.
Finalmente, Esteban Jobbágy aseguró que la demanda ambiental hoy viene de muchos lugares, ya sean globales o regionales. 
Y representan a intereses muy variados. 
“Está el grupo que le preocupa la naturaleza, en el sentido de que se puede perder un bosque, aún cuando jamás visiten ese lugar. Esa misma gente es la que se molesta por la protección de alguna especie en particular”, graficó.
También explicó que otra de las preocupaciones más visibles tiene como argumento el cambio climático. 
Aunque en este punto, planteó algunas de las señales que pueden tornarse contradictorias, como cuando los argumentos se contraponen sobre la conveniencia de liberar o no el carbono de los lotes. 
O apostar a una energía de origen biológico.
De todos modos, el investigador del CONICET subrayó que es muy posible establecer sinergias entre producción y ambiente. Incluso, encontrar competencias difíciles de resolver, “porque naturaleza y ambiente no van siempre por el mismo camino. 
Para ello hace falta establecer estrategias serias y entre todos. 
Así se podrá, por dar un ejemplo, dar respuestas a los diferentes sectores, posibilitando la transformación de agua en biomasa y ésta en algo más que tenga valor. 
Los productores ganaderos lo hacen muy bien transformando la biomasa en carne”, postuló.
“Hoy la ganadería puede ofrecer la ganadería un importante desarrollo, pensado en vastos sectores de la pampa deprimida que no sirve para la agricultura. 
También se plantea un uso más inteligente y fuerte del agua, que se transforme en forraje y luego en carne. 
Ese es el gran valor de la ganadería desde la perspectiva ambiental hidrológica”, concluyó.

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