2014
Hay más,
porque
hay menos.
Por :
Carlos Vedoya Recio
Clipping de noticias del sector yerbatero | 07.11.2014 |
Producción . |
El colmo
Frontera Jesuita |
Alguien dirá que el récord no se nota en los caminos de tierra colorada, que por el fantasma de la escasez de materia prima el dato es apenas estadístico y poco meritorio de un análisis noticioso de las causas y, acaso, de las consecuencias.
Nadie vio más camiones que otros años.
Ni más cosecheros en los yerbales.
Ni más hoja en planta, ya que, para colmo, el 2014 también tiende a convertir otro récord: el de mayor lluvia en zona productora.
El récord de cosecha esconde entre las razones por lo menos la trampa del síndrome del huevo y la gallina, y acaso, el propio síndrome de Estocolmo.
Los apocalípticos dicen que yerba no hay y que, en consecuencia, sobrará dentro de 5 años porque plantaciones nuevas sobran en cualquier maceta de tierra colorada. Dicen también que se cosechó lo mismo y que solo se blanqueó más, dado los buenos precios de la hoja. Y dicen también que la raíz de todo está, precisamente, en la escasez de materia prima que disparó la demanda, tal lo dice la única ley universal de la economía. Pero también es dable en pensar que lo que sobra es la inflación.
Presos del precio, otro de los nombres del mercado, los productores salieron a cosechar lo que no tenían para hacerse de caja rápida. Literalmente.
El récord de cosecha esconde entre las razones por lo menos la trampa del síndrome del huevo y la gallina, y acaso, el propio síndrome de Estocolmo.
Los apocalípticos dicen que yerba no hay y que, en consecuencia, sobrará dentro de 5 años porque plantaciones nuevas sobran en cualquier maceta de tierra colorada. Dicen también que se cosechó lo mismo y que solo se blanqueó más, dado los buenos precios de la hoja. Y dicen también que la raíz de todo está, precisamente, en la escasez de materia prima que disparó la demanda, tal lo dice la única ley universal de la economía. Pero también es dable en pensar que lo que sobra es la inflación.
Presos del precio, otro de los nombres del mercado, los productores salieron a cosechar lo que no tenían para hacerse de caja rápida. Literalmente.
Y al revés, presos de la escasez, los acopiadores salieron a pagar lo que no valía la hoja verde en la campaña para ganarle a la inflación que, aunque no impacte en el precio regulado de la materia prima, impacta en el gasoil, en las paritarias del tarefero, del transportista, etc, etc.
Escenario 1 |
Escenario 1 |
Yerba hay; pero también inflación:
El industrial A paga en abril a cuenta al productor A la yerba que brotará en julio.
Un pago a término, dirían en la Bolsa de Cereales, pero con la ley a su favor.
El industrial A sabe que la yerba brotará en julio al mismo precio que a inicio de zafra, pero sabe que cotizará más cara porque más caros serán también los kilómetros para acarrear la hoja al secadero.
Paga en abril y la espera en julio, contra reembolso.
Ningún otro producto de la chacra ofrece mejor margen que la yerba.
A un promedio de $4.000 la tonelada, a un promedio de 400 dólares por cada mil kilos, vale más que la soja y cuesta menos.
Escenario 2 |
Escenario 2 |
Yerba no hay; pero sí hay inflación:
El industrial B espera.
Sabe que en julio la yerba brotará al mismo precio y que su proveedor, el productor B, también estará apurado por sacarse de encima la yerba porque tiene que pagar en julio la inflación de julio, que costará en julio mucho más que el precio acordado a inicio de zafra en abril, pero que no puede en julio indexar centavos porque la ley no lo permite.
El productor B vende y cobra al día pero pierde plata y, ergo, cosecha lo que no hay. Literalmente.
Como sea, el precio de la materia prima subió y también subió el registro de cosecha en las declaraciones juradas del INYM.
Como sea, el precio de la materia prima subió y también subió el registro de cosecha en las declaraciones juradas del INYM.
Así las cosas, el 2014 será recordado como el año de la gran cosecha yerbatera argentina de la historia, desde 2005 a esta parte, la década canchada.
Pero también será recordado como el año de mayor inflación oficial, -que orillará hasta el +40% según las consultoras privadas más apocalípticas-,
desde 2005 a esta parte, la década ganada.
A mayor inflación, mayor cosecha.
Que no es lo mismo que decir, a mayor cosecha, mayor oferta y, en consecuencia, menor precio. (Mayor cosecha no es mayor productividad.
Ni la mayor productividad garantiza la mayor cosecha en un mercado que no toma más mate cuando hay más yerba en góndola.
Elásticos los alfajores de la abuela!)
Del huevo y la gallina al colmo del síndrome de Estocolmo para (intentar) explicar la causa del récord, vale tanto la tesis del blanqueo por el precio, como la tensión bipolar del productor que defiende la pancarta de la escasez para sostener la acérrima defensa del precio (de su trabajo) y cosechar como nunca lo hizo antes.
Del huevo y la gallina al colmo del síndrome de Estocolmo para (intentar) explicar la causa del récord, vale tanto la tesis del blanqueo por el precio, como la tensión bipolar del productor que defiende la pancarta de la escasez para sostener la acérrima defensa del precio (de su trabajo) y cosechar como nunca lo hizo antes.
El colmo de Estocolmo, presos del César lo que es del César, cautivos del Dios mercado que por fin en 2014 sabe lo que hace y somos todos acólitos parroquianos.
Hay más porque hay menos.
Ergo, no hay más, sino solo más blanqueo.
(La escasez más paradójica del mundo)
Hay más por que hay menos
Frontera Jesuita |
Más de 730 millones de kilos de hoja verde fueron procesados por la comunidad yerbatera nacional en los primeros nueve meses del año, entre enero y septiembre de 2014.
Hay más por que hay menos
Frontera Jesuita |
Más de 730 millones de kilos de hoja verde fueron procesados por la comunidad yerbatera nacional en los primeros nueve meses del año, entre enero y septiembre de 2014.
La cifra constituye un récord en las estadísticas del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) que desde 2004 procesa datos a partir de las declaraciones juradas de los distintos eslabones que integran la cadena de valor.
En esa base de datos, solo 2005 aparece por encima en el podio de zafras antológicas, con un registro de yerba procesada entre enero y diciembre de 741.618.555 de kilos de materia prima, poco más de 11 millones en su favor (muy poco).
Pero con un trimestre más a su favor.
Por ley, el INYM prohíbe la cosecha y secanza de yerba durante los meses de octubre y noviembre a productores y secaderos que, igualmente, con o sin autorización, continúan con la faena que aparece tímidamente registrada en porcentajes bajos en las declaraciones de los bimestres.
Por ley, el INYM prohíbe la cosecha y secanza de yerba durante los meses de octubre y noviembre a productores y secaderos que, igualmente, con o sin autorización, continúan con la faena que aparece tímidamente registrada en porcentajes bajos en las declaraciones de los bimestres.
Cuando los meses de julio y agosto, -
los meses de mayor cosecha, registran 240 millones de kilos en promedio, el bimestre prohibido no supera los 10 millones de kilos en los 60 días con los que se protege la siesta de las plantas.
Cada diciembre, en cambio, se reactiva el metabolismo de la planta, se reactiva la tarefa y con ella el movimiento en la chacra, en las picadas y en el registro en el INYM.
Los últimos 4 años dicen que sólo en diciembre se cosecharon no menos de 25 millones de kilos hoja verde: 27 en 2010; 34 en 2011; 20 en 2012; 37 en 2013.
Los últimos 4 años dicen que sólo en diciembre se cosecharon no menos de 25 millones de kilos hoja verde: 27 en 2010; 34 en 2011; 20 en 2012; 37 en 2013.
En diciembre de 2005, -el año a vencer-, se registraron apenas 6,5 millones de kilos, paradójicamente el peor diciembre de la historia, si no fuera porque en 2006 se declararon menos de 6 millones de kilos de hoja verde, en cifras que archiva el INYM.
La tendencia dice que en los últimos 5 años, el promedio de yerba cosechada sólo en diciembre es de 29,5 millones de kilos.
La tendencia dice que en los últimos 5 años, el promedio de yerba cosechada sólo en diciembre es de 29,5 millones de kilos.
Si el horizonte se concreta, -si el cálculo garantizara no menos de 750 millones de kilos-, vale ratificar entonces la sentencia: 2014 es el año que más yerba se cosechó en el país.
Y, sin dudar, reconocer que de un año al otro, la peonada tarefera levantó 10% más de hoja verde por el lomo.
Récord.
Rectifico más en favor de 2014, sin la futurología, propia de otras ciencias, y por ende, sin el último trimestre del año del que no tenemos datos al día.
Rectifico más en favor de 2014, sin la futurología, propia de otras ciencias, y por ende, sin el último trimestre del año del que no tenemos datos al día.
Entre enero y septiembre de 2014, el INYM registró movimientos por 730.584.001,89 millones de kilos.
Entre enero y septiembre de 2005, en cambio, el INYM registró movimientos por 709.913.409,12 millones de kilos en el mismo período.
La diferencia es mínima, -de tan solo 3%-, pero en comparación a la zafra de 2013 de 654.159.610,60 millones, la diferencia supera el 11% de incremento entre zafras, en los primeros 9 meses de registro. Récord.
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