Congreso
CREA
Ricky Negri
Expandirse en momentos de fortalezas y diversificarse en tiempos de amenazas.“En los últimos años aprendimos por la fuerza que no existe más la agricultura simple, que no implique caminar mucho por los lotes y que se maneje a control remoto”, aseguró Ricardo Negri en su participación en el Congreso Tecnológico CREA 2014 que se desarrolló simultáneamente en Santiago del Estero, Rosario y Mar del Plata.
El líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de Aacrea recordó que cuando una tecnología de insumos irrumpe, genera un aumento en el valor de la tierra, mientras que la tecnología de procesos no siempre traslada su valor a ese activo clave porque existen, en tal caso, diferencias entre empresas.
Sin embargo, advirtió que no hay ninguna tecnología útil “si uno no sabe a dónde va”.
Por ese motivo, el desafío más grande de las empresas alcanza a los equipos de trabajo: dueños (estableciendo los intereses), directivos (indicando cuál es el camino) y gerentes (haciendo las cosas bien).
“Esto que parece muy simple no se observa en muchas empresas: algunas no tienen en claro cómo definir sus objetivos, mientras que en otras los objetivos están acordados con los dueños”, comentó.
“Pensamos en el futuro, pero no lo hacemos adecuadamente. Apenas el 30% de las empresas dan participación a las futuras generaciones. La mayoría lo hacen individualmente, lo cual no es sustentable en el largo plazo. Si no se dan esas discusiones pensamos como gerentes hablando del resultado anual, pero no del futuro”, razonó Negri.
“Cuando no se sabe quién piensa en el largo largo plazo, difícilmente se pueda ser atractivo. Hoy nadie sigue a una persona si no le dice a dónde lo lleva. Si los gerentes no son claros al marcar el camino, difícilmente podrá sostenerse”, confió Negri.
La falta de estrategias simples implica que los empresarios no tienen en claro hacia dónde ir. Y esto termina influyendo al contextualizar a la empresa con el torno. Así, si el contexto presenta un entorno de posibilidades, invita a jugarse enteros.
“Pensamos en el futuro, pero no lo hacemos adecuadamente. Apenas el 30% de las empresas dan participación a las futuras generaciones. La mayoría lo hacen individualmente, lo cual no es sustentable en el largo plazo. Si no se dan esas discusiones pensamos como gerentes hablando del resultado anual, pero no del futuro”, razonó Negri.
“Cuando no se sabe quién piensa en el largo largo plazo, difícilmente se pueda ser atractivo. Hoy nadie sigue a una persona si no le dice a dónde lo lleva. Si los gerentes no son claros al marcar el camino, difícilmente podrá sostenerse”, confió Negri.
La falta de estrategias simples implica que los empresarios no tienen en claro hacia dónde ir. Y esto termina influyendo al contextualizar a la empresa con el torno. Así, si el contexto presenta un entorno de posibilidades, invita a jugarse enteros.
Pero si el entorno es amenazante, o no se avanza o se lo hace con mucha cautela.
“Por eso me asusta ver empresas que estando débiles en un contexto amenazador, no están en una posición de defensa.
“Por eso me asusta ver empresas que estando débiles en un contexto amenazador, no están en una posición de defensa.
Y son muchas las empresas que están en esta situación.
Pero también me asusta ver que muchas empresas, que están fuertes, no perciben las oportunidades.
La función social del empresario también tiene que ver con expandirse en momentos de fortalezas y de oportunidades y de diversificarse en momentos de amenazas”, concluyó.
Gacetilla de prensa Nº 39
8 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
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Gacetilla de prensa Nº 39
8 de octubre de 2014-10-03
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Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
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Baudracco.
Cambios en la lecheria.
“Hace tiempo que estamos pensando con la Facultad de Ciencias Agrarias de Esperanza y la gente de CREA Santa Fe Centro en cómo dar el salto productivo. Hemos hecho algunas investigaciones, acciones y desarrollos con productores. Y, en una investigación en particular, hemos identificado tecnologías que son muy importantes y que están descuidadas. A esto yo lo llamo ‘estar de espaldas’ a estas tecnologías básicas”.
Así lo indicó Javier Baudracco, especialista en producción animal, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se desarrolló en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Hay un relevamiento que nos indica que, en primer lugar, les falta agua a las vacas.
“Hay un relevamiento que nos indica que, en primer lugar, les falta agua a las vacas.
Hemos crecido en la cantidad de vacas pero no hemos hecho una gran inversión en la provisión de agua.
Las vacas hoy producen más y necesitan más agua, y tenemos que adecuar eso.
Esto tiene un impacto altísimo que ya lo estamos comprobando más allá de la teoría”, explicó.
“En segundo lugar, a los suelos les hemos pedidos mucho.
“En segundo lugar, a los suelos les hemos pedidos mucho.
Somos una lechería sin subsidio con precios de leche bajos, sin mucho alimento en el campo y por eso es fundamental que el suelo esté en buenas condiciones”, añadió.
Otra tecnología que está desvalorizada, o a la que no le damos la importancia suficiente, es la carga animal.
Otra tecnología que está desvalorizada, o a la que no le damos la importancia suficiente, es la carga animal.
“Hoy se dice que la tierra es cara y que tenemos que usar la menor superficie posible y la propuesta es, justamente, eficientizar el uso de la tierra y tener más vacas por hectárea.
Yo trabajo con productores desde hace unos años y lo que encontramos es que, a medida que se incrementa la carga, la producción y la rentabilidad se incrementan muchísimo”, advirtió.
Pero no es cuestión de amontonar vacas sino de tenerlas en condiciones adecuadas.
Yo trabajo con productores desde hace unos años y lo que encontramos es que, a medida que se incrementa la carga, la producción y la rentabilidad se incrementan muchísimo”, advirtió.
Pero no es cuestión de amontonar vacas sino de tenerlas en condiciones adecuadas.
La infraestructura de ordeño debe estar ligada al bienestar de las vacas pero, principalmente, al bienestar laboral de la gente.
“La generación Y (los jóvenes sub-30) quiere flexibilidad y la parte del día que mayor tiempo ocupa en un tambo es el ordeño.
“La generación Y (los jóvenes sub-30) quiere flexibilidad y la parte del día que mayor tiempo ocupa en un tambo es el ordeño.
A mí me gusta ordeñar, pero es sacrificado y, creo, ese trabajo tiene que durar menos de tres horas por día.
Hay investigaciones que muestran que la gente se cansa y se desmotiva pasado ese plazo”, explicó Baudracco.
“Tenemos una demora en la infraestructura con instalaciones que tienen 24 años en promedio; nos hemos quedado atrasados.
“Tenemos una demora en la infraestructura con instalaciones que tienen 24 años en promedio; nos hemos quedado atrasados.
Tenemos máquinas envejecidas que son las que están en contacto con la ubre, que es un tejido sensible y que tendrían que estar afinadas como un violín.
No estamos siendo muy cuidadosos, y eso también restringe la producción”, agregó.
“Entonces, necesitamos talento, sistemas que inviten a la gente talentosa, que resulten atrayentes.
“Entonces, necesitamos talento, sistemas que inviten a la gente talentosa, que resulten atrayentes.
Me refiero a sistemas en los que ganen bien, que tengan una buena jornada laboral, descansos, vacaciones.
Y creo que la vivienda es la tecnología para garantizar esos talentos”, comentó.
“Con todo esto podemos duplicar la producción de leche, en la misma superficie y con la misma cantidad de gente que está trabajando hoy. Pero, tenemos hacer una reingeniería y repensar los sistemas”, concluyó.
Gacetilla de prensa Nº 38
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
“Con todo esto podemos duplicar la producción de leche, en la misma superficie y con la misma cantidad de gente que está trabajando hoy. Pero, tenemos hacer una reingeniería y repensar los sistemas”, concluyó.
Gacetilla de prensa Nº 38
9 de octubre de 2014-10-03
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Carlos Marín Moreno.
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CREA
Julio
Colombres.
Ese fue el comienzo de la industria azucarera”, señaló Julio Colombres, industrial azucarero y productor agropecuario, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se desarrolló en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“En 1902, nuestro abuelo compró el ingenio Santa Bárbara, que producía 2.000 toneladas de azúcar por año.
“En 1902, nuestro abuelo compró el ingenio Santa Bárbara, que producía 2.000 toneladas de azúcar por año.
Eso implicó brindar a mucha gente una serie de facilidades, que corrieron por cuenta de la empresa.
Había que dar a los trabajadores, educación y salud.
Esa cultura se mantuvo hasta la actualidad; hoy tenemos un instituto secundario para los hijos de nuestros obreros”.
Con el tiempo, el ingenio Santa Bárbara multiplicó por cien su producción azucarera, llegando a las 200.000 toneladas anuales. Además produce energía eléctrica y etanol.
La historia de éxito de esta empresa, en el marco de los avatares de la economía del país desde el siglo pasado hasta la actualidad, dejó una conclusión, según el disertante: “Debemos aprender algo.
Con el tiempo, el ingenio Santa Bárbara multiplicó por cien su producción azucarera, llegando a las 200.000 toneladas anuales. Además produce energía eléctrica y etanol.
La historia de éxito de esta empresa, en el marco de los avatares de la economía del país desde el siglo pasado hasta la actualidad, dejó una conclusión, según el disertante: “Debemos aprender algo.
La dirigencia se separó del pueblo.
Y hoy el pueblo nos percibe como gente que busca apropiarse de aquello que les pertenece. Por ende, tenemos que hacer una alianza para revertir esta percepción social de la gente. Porque si no la hacemos, ante cualquier problema económico, siempre habrá gente pícara dispuesta a utilizar a la población, aprovechando que no se siente identificada con nuestra dirigencia”.
Para concluir, Colombres lanzó una invitación “a trabajar juntos en un plan estratégico que reúna a las mejores personas capaces de llevar adelante una política nueva”.
La siguiente charla estuvo a cargo del contador César Torres, quien buscó esclarecer algunas cuestiones básicas vinculadas con la administración de las empresas agropecuarias.
“Ante todo, hay que preguntarse en qué está trabajando el dueño de la empresa.
Para concluir, Colombres lanzó una invitación “a trabajar juntos en un plan estratégico que reúna a las mejores personas capaces de llevar adelante una política nueva”.
La siguiente charla estuvo a cargo del contador César Torres, quien buscó esclarecer algunas cuestiones básicas vinculadas con la administración de las empresas agropecuarias.
“Ante todo, hay que preguntarse en qué está trabajando el dueño de la empresa.
¿Está funcionando en un rol de liderazgo?
¿Está realizando tareas de administración?
¿O cumple un rol operativo?
Muchas veces el empresario participa en esas tres funciones al mismo tiempo.
Lo cual no está mal, siempre y cuando tenga clara cuál es su función”, dijo Torres.
La empresa debe llevar a cabo tres tareas: producir, vender y administrar. El disertante la comparó con un helicóptero. El motor es la producción.
Pero sin aspas, no puede volar, por más potencia que tenga.
Allí entran en juego las hélices, que son la comercialización.
Eso le permite despegar.
Pero seguramente mantendrá un rumbo errático; para que eso no ocurra, está el rotor de cola, que permite direccionar al helicóptero.
Esa es la administración.
“El empresario debe hacerse en todo momento tres preguntas: quién soy, qué tengo que hacer y cómo hacerlo”, dijo Torres.
Para que una empresa funcione necesita recursos. “Esos son los activos del sistema contable”, dijo.
“El empresario debe hacerse en todo momento tres preguntas: quién soy, qué tengo que hacer y cómo hacerlo”, dijo Torres.
Para que una empresa funcione necesita recursos. “Esos son los activos del sistema contable”, dijo.
“Es el dinero que tengo, el dinero que me deben y todo aquello que tengo para usar”.
Pero también están los pasivos. “Si alguien me regala medio millón de pesos, ¿le debo algo a alguien?
Sí, al Estado.
Se llama impuesto a los bienes personales. Como ven, la sola existencia de activos deriva automáticamente en pasivos”.
El disertante dio un consejo a los empresarios: “Piensen dónde quieren estar dentro de diez años.
El disertante dio un consejo a los empresarios: “Piensen dónde quieren estar dentro de diez años.
Una vez que lo hayan logrado, diseñen todo lo que tienen que hacer para llegar a esa meta. Y coloquen a todas esas acciones dentro de un eje estratégico”.
Para concluir, dijo: “Los invito a que definan los modelos de trabajo, proyecten los escenarios y desarrollen los mecanismos de control para saber en todo momento qué ocurre con su dinero”.--
Gacetilla de prensa Nº 37
8 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
Para concluir, dijo: “Los invito a que definan los modelos de trabajo, proyecten los escenarios y desarrollen los mecanismos de control para saber en todo momento qué ocurre con su dinero”.--
Gacetilla de prensa Nº 37
8 de octubre de 2014-10-03
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Carlos Marín Moreno.
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CREA
Garcia
Frugoni.
Así lo indicó hoy Fernando García Frugoni, coordinador del Proyecto Malezas de Aacrea, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Resolverlo puede ser solucionarlo o convivir de una manera eficiente con el problema, pero, en definitiva, ponerse por delante de él.
CREA
Jorge
Gonzalez
Montaner
Así lo indicó Jorge González Montaner, coordinador agrícola de la zona CREA Mar y Sierras, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
Congreso
CREA
Las personas como eje en la gestión de los procesos
La lechería argentina, en términos comparados con otras presentes en el Mercosur, muestra signos de estancamiento.
El empleo en el sector agropecuario
Una preocupación creciente en el sector agropecuario son las dificultades existentes para conseguir personal que “quiera trabajar en el campo”.
En el año 2012, con motivo del congreso zonal de la región CREA Sudoeste, Javier Dulom, coordinador académico del Programa de Dirección de Empresas Agropecuarias de la Universidad de San Andrés y director de la consultora Aqnitio, presentó una investigación sobre el tema a partir de una encuesta realizada en la zona.
Los principales hallazgos de la encuesta estuvieron vinculados con percepciones divergentes entre empresarios y empleados actuales y potenciales de empresas agropecuarias.
“Encontramos que los empresarios piensan que los aspectos más valorados por el trabajador son salario, descanso, vivienda y salud, mientras que para los para los trabajadores son, además del salario y las condiciones laborales, la vida social-familiar y desarrollo profesional”, explicó Dulom durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Al mejorar considerablemente las condiciones de vida de las personas, también se modificaron sus demandas, partiendo de un estándar superior al de años anteriores, particularmente en la provincia de Buenos Aires”, añadió.
Al tomar en cuenta la opinión de los actuales trabajadores rurales, la encuesta realizada en la zona Sudoeste reflejó que, si bien el 86% de los trabajadores rurales afirmó que pensaba seguir trabajando en el campo, sólo el 14% quería lo mismo para sus hijos.
Dulom señaló que, en la actual coyuntura, las empresas agropecuarias deben desarrollar herramientas organizacionales y procesos que fijen un marco en el cuál los empleados puedan tener oportunidades de progreso y vida social.
Gacetilla de prensa Nº 30
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
Congreso CREA.
La importancia de la rotación
“Establecer el rendimiento potencial de una zona es fundamental para entender la brecha entre rendimiento real y potencial y que opciones tenemos de acortar esa brecha.
En zonas templadas de Argentina ya se han alcanzado 21 toneladas por hectárea de maíz y, en el caso del norte, en ensayos de 6 ó 7 años se ha llegado hasta las 16 toneladas por hectárea”.
Así lo indicó hoy Sergio Uhart, doctor en Ecofisiología de Cultivos y Líder de R&D Semillas para la Región Meso Andina en Dow AgroSciences,durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Podemos ver que en la Argentina la ganancia genética se ha prácticamente triplicado desde la década del 90 con la incorporación de la labranza conservacionista, fertilización, el incremento de densidad y mejoras en la distancia espacial, entre otros factores”, apuntó.
“Pero si uno toma los últimos 12 años, las tasas de crecimiento de rindes en maíz se fueron estancando un poco; en la zona núcleo pampeana incluso hoy tenemos tasas menores que en el centro-norte de la Argentina”, añadió.
“Tener maíz significa también tener gramíneas que dejan residuos de alta relación carbono nitrógeno. Eso reduce la variabilidad de los sistemas agrícolas. En el norte del país observamos diferencias importantes de rinde, tanto en soja como en maíz, en lotes con buena cobertura de rastrojos versus aquellos que tienen tal cobertura”, explicó Uhart.
Gacetilla de prensa Nº 36
9 de octubre de 2014-10-03
Así lo indicó hoy Sergio Uhart, doctor en Ecofisiología de Cultivos y Líder de R&D Semillas para la Región Meso Andina en Dow AgroSciences,durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Podemos ver que en la Argentina la ganancia genética se ha prácticamente triplicado desde la década del 90 con la incorporación de la labranza conservacionista, fertilización, el incremento de densidad y mejoras en la distancia espacial, entre otros factores”, apuntó.
“Pero si uno toma los últimos 12 años, las tasas de crecimiento de rindes en maíz se fueron estancando un poco; en la zona núcleo pampeana incluso hoy tenemos tasas menores que en el centro-norte de la Argentina”, añadió.
“Tener maíz significa también tener gramíneas que dejan residuos de alta relación carbono nitrógeno. Eso reduce la variabilidad de los sistemas agrícolas. En el norte del país observamos diferencias importantes de rinde, tanto en soja como en maíz, en lotes con buena cobertura de rastrojos versus aquellos que tienen tal cobertura”, explicó Uhart.
Gacetilla de prensa Nº 36
9 de octubre de 2014-10-03
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Carlos Marín Moreno.
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Congreso
CREA
Fernando
Garcia
Frugoni.
La capacidad de aprender:
factor de competitividad
“Los problemas, cuando se perpetúan en el tiempo, afectan la competitividad de las empresas. Y malezas es un tema que está afectando a la competitividad de las empresas. Eso quiere decir que, quien lo resuelva antes, va a tener una ventaja competitiva contra quien no lo haga”.Así lo indicó hoy Fernando García Frugoni, coordinador del Proyecto Malezas de Aacrea, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Resolverlo puede ser solucionarlo o convivir de una manera eficiente con el problema, pero, en definitiva, ponerse por delante de él.
Y una forma de abordar esos problemas de frontera es a través de una mirada sistémica”, aseguró.
“Mucho de lo que hacemos está enfocado en cómo mato a las malezas y, lo que nos vendría bien, es salir de ese planteo para poder ver de qué manera ese ´cómo la mato´ está afectando mi sistema de producción: cómo se sinergizan o qué antagonismos tienen los productos, cómo impacta la degradación de los mismos, la materia orgánica, el ph, la temperatura o la lluvia”, explicó García Frugoni.
El técnico señaló que es necesario implementar una mirada de largo plazo que involucre un análisis sistémico de las diferentes variables que integran los sistemas de producción agrícolas.
“¿Cuál es el mejor vínculo que debería tener con los dueños de la tierra para cuidar la tierra?
“Mucho de lo que hacemos está enfocado en cómo mato a las malezas y, lo que nos vendría bien, es salir de ese planteo para poder ver de qué manera ese ´cómo la mato´ está afectando mi sistema de producción: cómo se sinergizan o qué antagonismos tienen los productos, cómo impacta la degradación de los mismos, la materia orgánica, el ph, la temperatura o la lluvia”, explicó García Frugoni.
El técnico señaló que es necesario implementar una mirada de largo plazo que involucre un análisis sistémico de las diferentes variables que integran los sistemas de producción agrícolas.
“¿Cuál es el mejor vínculo que debería tener con los dueños de la tierra para cuidar la tierra?
Esta es una pregunta que no podemos dejar de hacernos al analizar a producción con una mirada sistémica.
No hacerlo implica que, en algún momento, podemos comenzar a perder competitividad”, explicó.
García Frugoni señaló que no es viable esperar soluciones mágicas provenientes del exterior para solucionar problemas productivos.
“Si hay alguien está esperando un nuevo producto de tanto impacto como en su momento tuvo el glifosato, debe saber que eso no va a pasar por un buen tiempo. Ahí es donde la capacidad de aprendizaje pasa a ser clave”, comentó.
“El problema de las malezas resistentes al glifosato, por ejemplo, está evolucionando muy rápido y nuestra capacidad de aprendizaje no tanto.
García Frugoni señaló que no es viable esperar soluciones mágicas provenientes del exterior para solucionar problemas productivos.
“Si hay alguien está esperando un nuevo producto de tanto impacto como en su momento tuvo el glifosato, debe saber que eso no va a pasar por un buen tiempo. Ahí es donde la capacidad de aprendizaje pasa a ser clave”, comentó.
“El problema de las malezas resistentes al glifosato, por ejemplo, está evolucionando muy rápido y nuestra capacidad de aprendizaje no tanto.
Entonces, tenemos que aumentar la velocidad de aprendizaje para ponernos por delante del problema.
Y el desafío no es sólo aprender como individuos, sino construir conocimiento en las instituciones y con ellas, que lo que yo descubra, otro lo pueda tomar y construir sobre él”, añadió.
El técnico CREA dijo que la construcción de conocimiento en las instituciones es, probablemente, la mejor manera de ponernos por delante del problema de las malezas.
El técnico CREA dijo que la construcción de conocimiento en las instituciones es, probablemente, la mejor manera de ponernos por delante del problema de las malezas.
“Todos tenemos esa capacidad de aprender. Esto nos viene dado, así que lo que tenemos que hacer es redescubrir el entusiasmo por ese tipo de problemas”, concluyó.--
Gacetilla de prensa Nº 35
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno
cmarin@crea.org.ar
Gacetilla de prensa Nº 35
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno
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CREA
Jorge
Gonzalez
Montaner
Malezas resistentes:
la necesidad de un cambio.
“Evidentemente algo estamos haciendo mal. Hoy tenemos 16 biotipos resistentes y en el último lustro la pendiente se agravó con la aparición de varias malezas nuevas de difícil control”. Así lo indicó Jorge González Montaner, coordinador agrícola de la zona CREA Mar y Sierras, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Dentro de cada lote se está incubando alguna resistencia.
Nosotros no la vemos pero si mantenemos un sistema determinado la resistencia va a aparecer.
Al principio no le hacemos caso pero cuando se torna exponencial, no la podemos parar.
Si mantenemos el sistema y no rotamos es inevitable que ocurra.
A la larga, es una solución temporaria si no se integra”, evaluó.
Para González Montaner la zona sur de la región pampeana tiene la ventaja de que los flujos de los problemas vienen del norte y, por lo tanto, se cuenta con información previa para adelantarse a los problemas.
La rotación de cultivos es una de las principales herramientas disponibles para evitar la aparición de malezas resistentes, aunque el actual escenario no favorece esa práctica.
La rotación de cultivos es una de las principales herramientas disponibles para evitar la aparición de malezas resistentes, aunque el actual escenario no favorece esa práctica.
”En la medida que no metamos gramíneas en la rotación seguiremos teniendo problemas”.
“Necesitamos ser más serios con los protocolos y la información de las empresas para poder manejar los productos nuevos, porque los datos del norte no necesariamente se acomodan a la problemática del sur”, sugirió.
“¿Cómo puede ser que nos hayamos vuelto glifosato dependientes?
“Necesitamos ser más serios con los protocolos y la información de las empresas para poder manejar los productos nuevos, porque los datos del norte no necesariamente se acomodan a la problemática del sur”, sugirió.
“¿Cómo puede ser que nos hayamos vuelto glifosato dependientes?
De alguna manera estas rotaciones cortas o la falta de rotación están afectando nuestro patrimonio. Decisiones de menos de 100 dólares (por hectárea) afectan a los miles de dólares que tenemos en la tierra. Hay que dar vuelta la ecuación y poner el insumo como herramienta estratégica”, afirmó González Montaner.
El investigador dijo que es esencial pactar y educar sobre acuerdos de arrendamientos que integren rotaciones de cultivos y de familias de productos químicos.
El investigador dijo que es esencial pactar y educar sobre acuerdos de arrendamientos que integren rotaciones de cultivos y de familias de productos químicos.
También se debe exigir a las empresas de insumos marbetes más específicos sobre los impactos.
Pero, sobre todo, concientizar al poder público y a la sociedad sobre la irracionalidad de las trabas comerciales que se aplican sobre los cereales y que impactan negativamente al momento de planificar una rotación.
Gacetilla de prensa Nº 34
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
Gacetilla de prensa Nº 34
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
Biodiversidad: la clave
del futuro de la agricultura.
“Si declaramos una guerra contra los insectos, erramos la estrategia.
Podemos pensar el tema de manera diferente: debemos competir contra los insectos, para lo cual es necesario entrenarse en lugar de armarse”.
Así lo indicó hoy Daniel Igarzábal, director del Laboratorio de Investigación, Desarrollo y Experimentación Regional (Córdoba), durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“La civilización humana lleva en el mundo unos 12.000 años, mientras que los insectos tienen 500 millones de años y, por lo tanto, tienen una experiencia bastante mayor que la nuestra. Ambos queremos lo mismo: alimentarnos y reproducirnos.
Podemos pensar que, si ambos deseamos lo mismo, los insectos son nuestros enemigos y tenemos que declararle la guerra con un arsenal de productos químicos. Pero los insectos tienen sus propios mecanismos de defensa contra ese arsenal a partir de una experiencia mucho mayor que la nuestra”, explicó Igarzábal.
El investigador dijo que la mitad de los tratamientos contra insectos que se aplican en la Argentina no tienen respuesta económica porque se realizan de manera preventiva, en momentos inadecuados o con dosis incorrectas, entre otros factores. “Los tratamientos además no consideran el impacto que tienen en la fauna benéfica, que debería considerarse como un aliado”, comentó.
“Tenemos que trabajar pensando en el bien común, en un marco en el que nos beneficiemos todos, trabajando en una agricultura que funcione con un aumento ordenado de la biodiversidad como mecanismo de defensa natural contra las plagas”, añadió.
En Argentina, por ejemplo, solo el 2% de la superficie de maíz hace refugios para prevenir la resistencia de plagas resistentes a los materiales genéticamente modificados, mientras que en Uruguay esta cifra es del 99,8%.“Si usáramos la tecnología disponible como debe usarse, sólo con eso ya estaríamos dando un gran paso hacia la sustentabilidad”, aseguró.
Igarzábal señaló que el punto clave para el desarrollo futuro de la vida y el porvenir es la compatibilización inteligente entre ambiente y producción. “En el aumento inteligente de la biodiversidad está el futuro de la agricultura. Los sistemas biodiversos se defienden solos o al menos toman represalias en muy largo plazo”, alertó.
“Cada año aparecen más malezas tolerantes a glifosato.
El investigador dijo que la mitad de los tratamientos contra insectos que se aplican en la Argentina no tienen respuesta económica porque se realizan de manera preventiva, en momentos inadecuados o con dosis incorrectas, entre otros factores. “Los tratamientos además no consideran el impacto que tienen en la fauna benéfica, que debería considerarse como un aliado”, comentó.
“Tenemos que trabajar pensando en el bien común, en un marco en el que nos beneficiemos todos, trabajando en una agricultura que funcione con un aumento ordenado de la biodiversidad como mecanismo de defensa natural contra las plagas”, añadió.
En Argentina, por ejemplo, solo el 2% de la superficie de maíz hace refugios para prevenir la resistencia de plagas resistentes a los materiales genéticamente modificados, mientras que en Uruguay esta cifra es del 99,8%.“Si usáramos la tecnología disponible como debe usarse, sólo con eso ya estaríamos dando un gran paso hacia la sustentabilidad”, aseguró.
Igarzábal señaló que el punto clave para el desarrollo futuro de la vida y el porvenir es la compatibilización inteligente entre ambiente y producción. “En el aumento inteligente de la biodiversidad está el futuro de la agricultura. Los sistemas biodiversos se defienden solos o al menos toman represalias en muy largo plazo”, alertó.
“Cada año aparecen más malezas tolerantes a glifosato.
Y la respuesta es la misma: con qué herbicida la mato y en que dosis.
Es un círculo vicioso del que no se podrá salir. Hace más de 50 años que se pregona el manejo Integrado de plagas y malezas, pero no hay un correlato real en la agricultura.
Es una agricultura plaguicida-dependiente”, dijo el investigador.
Los cultivos son uno de las perturbaciones ecológica más impactantes que el hombre hace en el planeta desde hace miles de años.
Los cultivos son uno de las perturbaciones ecológica más impactantes que el hombre hace en el planeta desde hace miles de años.
Pero se trata de una actividad absolutamente necesaria para su supervivencia.
“La producción agrícola activa mecanismos de defensa de muchos seres vivos.
“La producción agrícola activa mecanismos de defensa de muchos seres vivos.
Surgen así problemas que pudieron ser prevenidos, como el desarrollo de malezas resistentes o de falta de susceptibilidad de los materiales genéticos a orugas en maíz; en un futuro cercano veremos la aparición de nuevas plagas de difícil control”, apuntó Igarzábal.
Gacetilla de prensa Nº 24
8 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Morenocmarin@crea.org.ar
Gacetilla de prensa Nº 24
8 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Morenocmarin@crea.org.ar
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Congreso
CREA
Ruben
Giorgis.
Las personas como eje en la gestión de los procesos
La lechería argentina, en términos comparados con otras presentes en el Mercosur, muestra signos de estancamiento.
Los sistemas organizacionales de las empresas tamberas locales tienen síntomas de agotamiento que se evidencian en baja rentabilidad, alta rotación de personas, elevada complejidad disfuncional, estancamiento en el número de vacas lecheras e importantes niveles de estrés tanto en empresarios como en trabajadores.
El sistema, más que atraer, tiende a expulsar personas (especialmente jóvenes).
“La alta rotación de personal de tambos hizo crisis en el CREA Rafaela en el año 2011: fue un semáforo rojo que todos supimos leer, nos hicimos cargo del problema y nos pusimos a trabajar. Entonces empezamos a escribir una historia superadora”.
Así lo indicó Rubén Giorgis, asesor del CREA Rafaela, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Sabíamos que las personas no se sentían bien, pero no entendíamos el porqué. A través de una encuesta a tamberos nos enteramos de cuáles eran los aspectos que menos le gustaban del sistema: el barro y el frío fueron los más destacados”, añadió. En la encuesta también se reflejó que los trabajadores querían disponer de tiempo suficiente para disfrutar de la vida social.
A partir de ese hito, los empresarios del CREA Rafaela hicieron “click” y aceptaron la propuesta de simplificar y mejorar condiciones laborales. Entonces empezaron a aparecer los resultados.
Luego, la región Santa Fe Centro de los grupos CREA se interesó en continuar con el tema. Y se formaron cuatro líneas de trabajo: investigación, aspectos legales, investigación y comunicación. El objetivo final: hacer de la lechería una actividad atractiva para las personas.
“La simplificación de las tareas hace que tanto propietarios como empleados entiendan lo que tienen que hacer, lo tomen como propio, lo hagan bien, lo perfeccionen y lo disfruten”, explicó Giorgis,
Algunos de los procesos que se han simplificado en tambos son la cantidad de rodeos (en general un solo rodeo de ordeño), crianza colectiva de terneros, autoconsumo de silaje (todos los días del año las vacas tienen su dieta cubierta, lo que disminuye sustancialmente el consumo de combustible y la actividad de los operarios) y bloqueo de pariciones.
“La calidad de vida mejora, porque la realización de las tareas en una forma simplificada deja más tiempo para el descanso, se organizan mejor los francos y las vacaciones. Los propietarios dejan de actuar como bomberos para dedicar su tiempo a temas más relevantes y vinculados con el crecimiento de la Empresa y el desarrollo de las personas”, comentó el asesor CREA.
Hoy estos sistemas amigables permiten que muchas personas, cada vez más calificadas, quieran trabajar en un ambiente agradable, con posibilidades de progreso económico, desarrollo familiar y vida social.
“Así como la siembra directa cambió la agricultura, un nuevo paradigma en la lechería se ha establecido en parte de la lechería argentina; está en cada uno de los que viven y sienten el día a día de esta apasionante actividad, que lo hagan propio, rompan preconceptos, se comprometan y se animen a cambiar”, manifestó Giorgis.
“Es la gran oportunidad para Argentina de dar un salto de competitividad, generando una nueva lechería de proyección nacional y de presencia mundial. Ya estamos en camino”, concluyó.
Gacetilla de prensa Nº 29
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno
cmarin@crea.org.ar
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“La alta rotación de personal de tambos hizo crisis en el CREA Rafaela en el año 2011: fue un semáforo rojo que todos supimos leer, nos hicimos cargo del problema y nos pusimos a trabajar. Entonces empezamos a escribir una historia superadora”.
Así lo indicó Rubén Giorgis, asesor del CREA Rafaela, durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Sabíamos que las personas no se sentían bien, pero no entendíamos el porqué. A través de una encuesta a tamberos nos enteramos de cuáles eran los aspectos que menos le gustaban del sistema: el barro y el frío fueron los más destacados”, añadió. En la encuesta también se reflejó que los trabajadores querían disponer de tiempo suficiente para disfrutar de la vida social.
A partir de ese hito, los empresarios del CREA Rafaela hicieron “click” y aceptaron la propuesta de simplificar y mejorar condiciones laborales. Entonces empezaron a aparecer los resultados.
Luego, la región Santa Fe Centro de los grupos CREA se interesó en continuar con el tema. Y se formaron cuatro líneas de trabajo: investigación, aspectos legales, investigación y comunicación. El objetivo final: hacer de la lechería una actividad atractiva para las personas.
“La simplificación de las tareas hace que tanto propietarios como empleados entiendan lo que tienen que hacer, lo tomen como propio, lo hagan bien, lo perfeccionen y lo disfruten”, explicó Giorgis,
Algunos de los procesos que se han simplificado en tambos son la cantidad de rodeos (en general un solo rodeo de ordeño), crianza colectiva de terneros, autoconsumo de silaje (todos los días del año las vacas tienen su dieta cubierta, lo que disminuye sustancialmente el consumo de combustible y la actividad de los operarios) y bloqueo de pariciones.
“La calidad de vida mejora, porque la realización de las tareas en una forma simplificada deja más tiempo para el descanso, se organizan mejor los francos y las vacaciones. Los propietarios dejan de actuar como bomberos para dedicar su tiempo a temas más relevantes y vinculados con el crecimiento de la Empresa y el desarrollo de las personas”, comentó el asesor CREA.
Hoy estos sistemas amigables permiten que muchas personas, cada vez más calificadas, quieran trabajar en un ambiente agradable, con posibilidades de progreso económico, desarrollo familiar y vida social.
“Así como la siembra directa cambió la agricultura, un nuevo paradigma en la lechería se ha establecido en parte de la lechería argentina; está en cada uno de los que viven y sienten el día a día de esta apasionante actividad, que lo hagan propio, rompan preconceptos, se comprometan y se animen a cambiar”, manifestó Giorgis.
“Es la gran oportunidad para Argentina de dar un salto de competitividad, generando una nueva lechería de proyección nacional y de presencia mundial. Ya estamos en camino”, concluyó.
Gacetilla de prensa Nº 29
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno
cmarin@crea.org.ar
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Una preocupación creciente en el sector agropecuario son las dificultades existentes para conseguir personal que “quiera trabajar en el campo”.
En el año 2012, con motivo del congreso zonal de la región CREA Sudoeste, Javier Dulom, coordinador académico del Programa de Dirección de Empresas Agropecuarias de la Universidad de San Andrés y director de la consultora Aqnitio, presentó una investigación sobre el tema a partir de una encuesta realizada en la zona.
Los principales hallazgos de la encuesta estuvieron vinculados con percepciones divergentes entre empresarios y empleados actuales y potenciales de empresas agropecuarias.
“Encontramos que los empresarios piensan que los aspectos más valorados por el trabajador son salario, descanso, vivienda y salud, mientras que para los para los trabajadores son, además del salario y las condiciones laborales, la vida social-familiar y desarrollo profesional”, explicó Dulom durante una conferencia ofrecida en el Congreso Tecnológico CREA que se está desarrollando en Mar del Plata, Rosario y Santiago del Estero de manera simultánea.
“Al mejorar considerablemente las condiciones de vida de las personas, también se modificaron sus demandas, partiendo de un estándar superior al de años anteriores, particularmente en la provincia de Buenos Aires”, añadió.
Al tomar en cuenta la opinión de los actuales trabajadores rurales, la encuesta realizada en la zona Sudoeste reflejó que, si bien el 86% de los trabajadores rurales afirmó que pensaba seguir trabajando en el campo, sólo el 14% quería lo mismo para sus hijos.
Dulom señaló que, en la actual coyuntura, las empresas agropecuarias deben desarrollar herramientas organizacionales y procesos que fijen un marco en el cuál los empleados puedan tener oportunidades de progreso y vida social.
Gacetilla de prensa Nº 30
9 de octubre de 2014-10-03
Responsable de prensa:
Carlos Marín Moreno.
cmarin@crea.org.ar
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