Congreso Tecnológico CREA 

2011:

“La innovación como eje de 

la gestión."

(Comunicado Nº 17)‏.

Alvaro Rolón

Markus Braun

Germán Weiss

Santiago González Venzano

El testimonio de tres empresarios que experimentaron profundas transformaciones empresariales y personales a partir de prácticas innovadoras, brindó la oportunidad de ejemplificar hasta qué punto el “capital latitudinal” puede ser más decisivo que los activos físicos.
En el año 2000, cuando Markus Braun, empresario y miembro fundador del CREA Cañada Luque-Siton, comenzó a probar nuevos cultivos, no imaginaba que se terminaría transformando en el principal productor de garbanzos de la Argentina. 

“Buscaba algo que pudiese hacerse en siembra directa, que tuviese un claro perfil exportador y que no fuese atacado por aves, ya que las palomas son un problema en nuestra zona”, comentó.
Quince hectáreas sirvieron como punto de partida. 

Al principio, los rindes promediaron los 7 qq/ha. 

Con la implementación en el 2004 de un paquete de herbicidas, lograron duplicar el rendimiento. 

En el 2005, la empresa ya sembraba 800 hectáreas. 

Con el tiempo los rindes siguieron mejorando a partir de la búsqueda de las fechas de siembra óptimas y gracias a los resultados de una mega-ensayo de inoculantes y fungicidas que permitieron superar en algunos casos rindes de 20 qq/ha.
“Cuando empezamos, sabíamos muy poco. 

Los primeros resultados fueron desalentadores. 

Sacar adelante este emprendimiento nos llevó mucho tiempo y esfuerzo”, comentó Braun. 

“Fue muy positivo en su momento vincularnos con la Universidad Católica de Córdoba, que además de conocimientos, nos dio aliento para no aflojar”.
En los primeros años la comercialización del garbanzo fue una tarea bastante complicada. 

Comenzaron vendiendo el producto a empresas exportadoras locales. 

Pero luego decidieron que lo mejor era iniciar los trámites para inscribirse como exportadores (un proceso que demoró alrededor de un año). 

Realizaron un acuerdo con un broker (JC Impex) y a fines de 2007 lograron concretar su primera exportación de garbanzos a granel con destino a Brasil. 

Hoy venden con su marca a más de 20 destinos.
“Quiero aprovechar este foro para alentar a todos a exportar. Hay numerosos productos que el mundo demanda.

 No todo es maíz o soja. 

Además, a veces uno se aburre haciendo siempre las mismas cosas, y es importante emprender nuevos desafíos”.
Por otra parte, la actitud de cambio trae aparejados beneficios adicionales intangibles. 

“La innovación genera un polo atractivo, que crea valor y atrae a la gente”, concluyó Braun.
Reinventando el asesoramiento durante 14 años, Santiago González Venzano fue asesor del CREA Henderson-Daireaux. Eso le permitió viajar en el año 2007, con los integrantes del CREA, al Sillicon Valley, en California, donde se le presentó una nueva perspectiva: la potencialidad de la red digital. 

La Web estaba dejando de ser estática y unidireccional para transformarse en una plataforma abierta en la cual los usuarios construían conocimiento on line de manera colaborativa.
Regresaron al país y comenzaron a integrar las redes y procesos que se habían generado para gestionar conocimiento en protocolos con las nuevas tecnologías colaborativas que ofrecía la Web 2.0. 

Así, Venzano comenzó a pensar en desarrollar un emprendimiento propio, que hoy tiene el nombre de Solapa4 S.A.
Ante estas oportunidades que presentaban las nuevas tecnologías, el CREA le dio a Venzano un fuerte apoyo, que se manifestó en la oportunidad de presentar su idea durante una reunión del grupo. “Se invirtieron los roles; en vez de asesorar, pasé a ser el caso a analizar.

 Eso me marcó, porque me hizo posicionarme como emprendedor. Y luego no pude salir más de ese rol. 

Con el tiempo terminé renunciando al CREA -manteniendo siempre una excelente relación- porque así lo demandaba mi proyecto”.
Su nueva actividad implicó una serie de cambios radicales. 

“Tuve que transformar el asesoramiento tal como siempre lo había vivido –es decir, como un trabajo personal- en un proceso empresarial”.