El mate sigue

El mate sigue dando de qué hablar.

En Caminos y Sabores, se degustó la infusión con diferentes alternativas: con pomelo y hasta con pétalos de jazmín y clavos de olor. Se destacaron las propiedades alimenticias.

El mate es una de las bebidas más tradicionales de la Argentina y no deja de sorprender por su versatilidad, como pudo apreciarse  en Caminos y Sabores, donde los visitantes pudieron degustar la infusión cebada en pomelos que reemplazan la calabaza y le aportan frescura y vitaminas, o incluso acceder a la versión gourmet: con pétalos de jazmín y clavos de olor.
Karla Johan, de la firma Sabores con Alma y autora del Libro de la Yerba Mate, fue la encargada de representar al Instituto Nacional de la Yerba Mate en la Sala Multimedia de la muestra, para promover la producción de esta cultura que heredamos del pueblo guaraní y que representa un verdadero culto a la amistad.
La Argentina, junto con Paraguay y Brasil, tienen el privilegio de poseer las únicas tierras en el mundo donde crece el cultivo de la yerba mate. Por supuesto, acompaña Uruguay, que si bien no tiene suelos y climas aptos para su producción, es uno de los principales consumidores, con 8 kg por habitante por año.
“Ante todo, la yerba es un alimento”, aseguró Johan, y agregó: “A partir de los 5 años, los chicos pueden tomar mate con leche, pomelo (por la vitamina C) o cocido, por ejemplo”. 
Entre sus propiedades, destacó su alto poder antioxidante y su poder diurético, y señaló que también se destaca por ser un energizante natural, por ayudar a bajar de peso, y por poseer 15 aminoácidos y vitaminas.
La mayor parte de las exportaciones argentinas de yerba mate tiene como destino a Siria y el Libano (55% de las ventas). Le sigue Brasil (24%), Uruguay (10%) y Chile (5%) con gran potencial de crecimiento. 
Según indicó Johan, al otro lado de la cordillera, el país vecino tiene un gran potencial para la yerba, y a ello se suma la posibilidad de aumentar la comercialización con Europa, Estados Unidos y Canadá, donde el mate llega con cada argentino, pero donde el consumo también podría ser incentivado por la venta en saquitos.