de hectáreas de maíz.
Están dadas todas las condiciones de precios y de clima para que se puedan sembrar en la Argentina 6 millones de hectáreas de maíz y producir 45 millones de TT.
Esta estrategia no cambia la decisión de sembrar 19 millones de hectáreas de soja para producir 52 millones de TT. Si sumamos la producción de trigo, girasol, cebada y otros cereales podríamos cosechar 115 millones de TT en el ciclo 2012-2013.
El gobierno debería analizar correctamente las señales que definen los mercados, cambiar las políticas y promover una buena rotación de cultivos para frenar la sojización de la agricultura.
El impacto de una cosecha de ese volumen es fundamental para todos los sectores de la economía. Ha quedado demostrado que todo el interior depende directamente o indirectamente de la actividad agropecuaria y agroindustrial. Moviliza la venta de todos los insumos, los servicios directos e indirectos, genera más puestos de trabajo, mayor recaudación de impuestos provinciales y nacionales y genera una mayor cantidad de dolares que vamos a necesitar en el 2013 año electoral. Además al ser el único sector que no entraría en recesión, ayudaría a los otros sectores a mantener un nivel mínimo de producción, hasta que se restablezcan las condiciones económicas macro para poder producir y exportar en forma competitiva y previsible.
El desafío de sembrar 6 millones de hectáreas de maíz con una producción de 45 millones de TT., representarían 25 millones de TT más que la actual cosecha, que multiplicada por la cotización de 290 dolares mayo 2013 Chicago generaría 7.250 millones de dolares más al país.
Dicho desafío ayudaría a una rotación más racional en defensa de nuestros suelos. La idea es que el crecimiento no se haga con más soja y sí aumente el área de maíz de 3.5 millones que se siembran actualmente a 6 millones de hectáreas, en el próximo ciclo 2012-2013.
Para que este desafío se concrete hay que promover políticas que permitan competir a los dos cultivos. Con un costo por hectárea de 220 dolares para la soja y 400 para el maíz sin calcular el fertilizante va a ser muy difícil cambiar la voluntad del productor. Si agregamos el costo del fertilizante de 50 dolares mínimo por hectárea que en el caso del maíz no se puede prescindir, el costo sería de 450 dolares. Si el productor quiere potenciar el rendimiento usando los nuevos eventos biotecnológicos con un mayor volumen de fertilizantes aprovechado el año Niño, los costos siguen subiendo y se alejaría la posibilidad de llegar a la meta de 45 millones de TT.
Por lo tanto para poder cumplir con dicho desafío el gobierno tiene que disponer rápidamente políticas para cambiar la decisión de los productores de un aumento de siembra de soja por una mayor siembra de maíz. Hay que terminar con la discrecionalidad del gobierno con las intervenciones en el mercado de maíz y modificar las políticas macro para equiparar los costos de implantación del cultivo con la soja. Entre las políticas que se necesitan enumero las siguientes:
1- Liberar para la exportación todos los saldos pendientes de maíz de la actual cosecha con la adjudicación de los ROE incluidos.
2- Definir las políticas para que toda la próxima cosecha se comercialice libremente en los mercados sin asignación de cupo o ROE. No es suficiente la liberalización de 15 millones de TT anunciada por la presidente, porque siguen las intervenciones de Guillermo Moreno.
3- Para asegurar las 6 millones de TT que precisa la producción avícola y otras producciones hay que encontrar un mecanismo transitorio para que se puedan adaptar en un tiempo prudencial, a trabajar con los mercados abiertos como lo hacen nuestros competidores. Es la única forma de no frenar el aumento de producción de maíz. Los derechos de exportación ya es un subsidio que tiene la industria avícola. De ser necesario que se debe subsidiar el consumo directo a la gente de menores recursos.
4- Reducir los derechos de exportación para la producción de la próxima cosecha que permita que los márgenes brutos del maíz se equiparen con la soja.
5- Incentivar el uso de los instrumentos que permitan captar los mejores precios internacionales por medio de los mercados a término o de cuberturas antes de sembrar.
La seguridad alimentaria no es argumento sostenible para seguir frenando el aumento de la producción de maíz o trigo por la intervención promovida por el gobierno y los empresarios involucrados. No se debe frenar un aumento de la superficie de maíz que permita producir 45 millones de TT., porque internamente necesitamos 6 millones de TT., para consumo. Hay políticas modernas para solucionar dicho abastecimiento. Existen los mercados a término o de cobertura de precios, los granos se producen regionalmente y por lo tanto no pagan flete a puerto. Otras veces son aportados en canje por los mismos productores, motivo suficiente para sincerar realmente la realidad de cuanto es la demanda y cuánto cuesta, para no seguir repitiendo las actuales políticas, que habrán servido para crecer al sector avícola, pero fueron nefastas para aumentar de la producción de maíz y del trigo en esto últimos ocho años.
Está demostrado por especialistas que Argentina está desaprovechando la oportunidad de un mayor crecimiento, por las deficientes políticas agroalimentarias deja de producir cada año 20.000 millones de dólares, de los cuales se exportarían 15.000, según lo demuestra Juan Llach en una colaboración en el diario la Nación, “Con viento de cola para rato”.http://www.arturonavarro.com.ar/nota.asp?NotaID=387 )
El desafío de sembrar 6 millones de hectáreas de maíz se logrará si aprovechamos esta nueva oportunidad y se libera la comercialización del mercado de maíz en las mismas condiciones que la soja. Si tomamos este desafío podríamos el año próximo posesionarnos como el primer exportador de maíz si se confirma que por la sequía en EEUU las pérdidas serán de 70 millones. Además de ser un gran problema para EEUU para poder cumplir su política energética es un problema para el mundo al ser el primer exportador de maíz, por lo cual nuestro desafío es cubrir ese lugar creciendo sustancialmente en la producción de maíz aumentando el área de siembra y usando toda la tecnología de primera que dispone el país.
Si considera esta opinión de interés reenvíelo a sus contactos.
Mis opiniones y columnas radiales están en www.arturonavarro.com.ar
Contacto : 011-15-40442147 - info@arturonavarro.com.ar
Twitter: @arturojnavarro
El impacto de una cosecha de ese volumen es fundamental para todos los sectores de la economía. Ha quedado demostrado que todo el interior depende directamente o indirectamente de la actividad agropecuaria y agroindustrial. Moviliza la venta de todos los insumos, los servicios directos e indirectos, genera más puestos de trabajo, mayor recaudación de impuestos provinciales y nacionales y genera una mayor cantidad de dolares que vamos a necesitar en el 2013 año electoral. Además al ser el único sector que no entraría en recesión, ayudaría a los otros sectores a mantener un nivel mínimo de producción, hasta que se restablezcan las condiciones económicas macro para poder producir y exportar en forma competitiva y previsible.
El desafío de sembrar 6 millones de hectáreas de maíz con una producción de 45 millones de TT., representarían 25 millones de TT más que la actual cosecha, que multiplicada por la cotización de 290 dolares mayo 2013 Chicago generaría 7.250 millones de dolares más al país.
Dicho desafío ayudaría a una rotación más racional en defensa de nuestros suelos. La idea es que el crecimiento no se haga con más soja y sí aumente el área de maíz de 3.5 millones que se siembran actualmente a 6 millones de hectáreas, en el próximo ciclo 2012-2013.
Para que este desafío se concrete hay que promover políticas que permitan competir a los dos cultivos. Con un costo por hectárea de 220 dolares para la soja y 400 para el maíz sin calcular el fertilizante va a ser muy difícil cambiar la voluntad del productor. Si agregamos el costo del fertilizante de 50 dolares mínimo por hectárea que en el caso del maíz no se puede prescindir, el costo sería de 450 dolares. Si el productor quiere potenciar el rendimiento usando los nuevos eventos biotecnológicos con un mayor volumen de fertilizantes aprovechado el año Niño, los costos siguen subiendo y se alejaría la posibilidad de llegar a la meta de 45 millones de TT.
Por lo tanto para poder cumplir con dicho desafío el gobierno tiene que disponer rápidamente políticas para cambiar la decisión de los productores de un aumento de siembra de soja por una mayor siembra de maíz. Hay que terminar con la discrecionalidad del gobierno con las intervenciones en el mercado de maíz y modificar las políticas macro para equiparar los costos de implantación del cultivo con la soja. Entre las políticas que se necesitan enumero las siguientes:
1- Liberar para la exportación todos los saldos pendientes de maíz de la actual cosecha con la adjudicación de los ROE incluidos.
2- Definir las políticas para que toda la próxima cosecha se comercialice libremente en los mercados sin asignación de cupo o ROE. No es suficiente la liberalización de 15 millones de TT anunciada por la presidente, porque siguen las intervenciones de Guillermo Moreno.
3- Para asegurar las 6 millones de TT que precisa la producción avícola y otras producciones hay que encontrar un mecanismo transitorio para que se puedan adaptar en un tiempo prudencial, a trabajar con los mercados abiertos como lo hacen nuestros competidores. Es la única forma de no frenar el aumento de producción de maíz. Los derechos de exportación ya es un subsidio que tiene la industria avícola. De ser necesario que se debe subsidiar el consumo directo a la gente de menores recursos.
4- Reducir los derechos de exportación para la producción de la próxima cosecha que permita que los márgenes brutos del maíz se equiparen con la soja.
5- Incentivar el uso de los instrumentos que permitan captar los mejores precios internacionales por medio de los mercados a término o de cuberturas antes de sembrar.
La seguridad alimentaria no es argumento sostenible para seguir frenando el aumento de la producción de maíz o trigo por la intervención promovida por el gobierno y los empresarios involucrados. No se debe frenar un aumento de la superficie de maíz que permita producir 45 millones de TT., porque internamente necesitamos 6 millones de TT., para consumo. Hay políticas modernas para solucionar dicho abastecimiento. Existen los mercados a término o de cobertura de precios, los granos se producen regionalmente y por lo tanto no pagan flete a puerto. Otras veces son aportados en canje por los mismos productores, motivo suficiente para sincerar realmente la realidad de cuanto es la demanda y cuánto cuesta, para no seguir repitiendo las actuales políticas, que habrán servido para crecer al sector avícola, pero fueron nefastas para aumentar de la producción de maíz y del trigo en esto últimos ocho años.
Está demostrado por especialistas que Argentina está desaprovechando la oportunidad de un mayor crecimiento, por las deficientes políticas agroalimentarias deja de producir cada año 20.000 millones de dólares, de los cuales se exportarían 15.000, según lo demuestra Juan Llach en una colaboración en el diario la Nación, “Con viento de cola para rato”.http://www.arturonavarro.com.ar/nota.asp?NotaID=387 )
El desafío de sembrar 6 millones de hectáreas de maíz se logrará si aprovechamos esta nueva oportunidad y se libera la comercialización del mercado de maíz en las mismas condiciones que la soja. Si tomamos este desafío podríamos el año próximo posesionarnos como el primer exportador de maíz si se confirma que por la sequía en EEUU las pérdidas serán de 70 millones. Además de ser un gran problema para EEUU para poder cumplir su política energética es un problema para el mundo al ser el primer exportador de maíz, por lo cual nuestro desafío es cubrir ese lugar creciendo sustancialmente en la producción de maíz aumentando el área de siembra y usando toda la tecnología de primera que dispone el país.
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