Paro del campo ...
y la necesidad de una propuesta alternativa.
Para comprender concretamente porque paró el campo, hay que saber que a un productor agropecuario le queda de cada 100 pesos de ingresos, a lo sumo un 20% de libre disponibilidad - después de atender todos los gastos de siembra, protección y cosecha del cultivo- porque el 80% restante se lo lleva la carga impositiva que tiene que tributar a nivel nacional, provincial y municipal.
Un ejemplo: la presión tributaria global y los descuentos comerciales que soporta, en un campo tipo de Pehuajó, llegan a 3.392 pesos por hectárea y se llevan el 84% del resultado económico que se puede obtener en un año promedio, según un trabajo preparado por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), Presión Tributaria.
Mayo 2012.
Dicho trabajo enumera que la presión tributaria global, abarca impuestos nacionales (retenciones, IVA, Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales, Ganancias, Autónomos, a los Créditos y Débitos, a los Combustibles, Seguridad Social, etcétera); provinciales (Inmobiliario, Sellos, Ingresos Brutos y Patentes) y municipales (Tasa vial).
Del total de impuestos cobrados, según los cálculos anteriores, el 93% es recaudado por el Estado nacional, el 5% por la provincia de Buenos Aires y sólo un 2% queda en los municipios. Estos números se agravan con la aprobación de la reforma impositiva en la provincia de Buenos Aires y demuestran que no existe federalismo fiscal, causa principal de la claudicación política de gobernadores e intendentes al poder central.
Otros factores que influyeron han sido las sequías o inundaciones y las faltas de políticas anticiclicas para atenderlas. El clima freno la capacidad de producción cosechándose solamente 39 millones de TT de soja y 18 millones de TT de maíz. Es decir se han perdido una 25 millones de TT (13 de soja y 12 de maíz) sobre las 100 millones previstas de todos los cultivo, quedando un producción total para el ciclo 2011-2012 de 75 millones de TT.
Dicho trabajo enumera que la presión tributaria global, abarca impuestos nacionales (retenciones, IVA, Ganancia Mínima Presunta, Bienes Personales, Ganancias, Autónomos, a los Créditos y Débitos, a los Combustibles, Seguridad Social, etcétera); provinciales (Inmobiliario, Sellos, Ingresos Brutos y Patentes) y municipales (Tasa vial).
Del total de impuestos cobrados, según los cálculos anteriores, el 93% es recaudado por el Estado nacional, el 5% por la provincia de Buenos Aires y sólo un 2% queda en los municipios. Estos números se agravan con la aprobación de la reforma impositiva en la provincia de Buenos Aires y demuestran que no existe federalismo fiscal, causa principal de la claudicación política de gobernadores e intendentes al poder central.
Otros factores que influyeron han sido las sequías o inundaciones y las faltas de políticas anticiclicas para atenderlas. El clima freno la capacidad de producción cosechándose solamente 39 millones de TT de soja y 18 millones de TT de maíz. Es decir se han perdido una 25 millones de TT (13 de soja y 12 de maíz) sobre las 100 millones previstas de todos los cultivo, quedando un producción total para el ciclo 2011-2012 de 75 millones de TT.
La pérdida de 25 millones de TT representó para el tesoro nacional 7500 millones de dólares menos de ingresos y para el gremio de Hugo Moyano 833.000 viajes menos de 400 Km de camiones a puerto.
Hoy la situación es mucho más grave que con la 125 en 2008. En aquella oportunidad era una posibilidad a cobrar de cuanto se iba a quedar el gobierno. Hoy lo demuestra la confiscación de la renta y en algunos casos parte del capital de los productores según los números del trabajo de AACREA lo demuestran.
Es necesario definir una propuesta que contenga las siguientes bases.
1- Definir que el sector debe integrase en forma permanente a la economía internacional porque vamos a tener más y mejores trabajos.
2- Definir si la mayoría de los productores están dispuestos a un trabajo en redes como la vienen haciendo una gran mayorías de productores-empresarios que permitió pasar de una producción de 30 millones de TT en 1993 a 100 millones el ciclo 2010-2011.
3- Definir que el sector agropecuario debe tener un tratamiento impositivo en igualdad de condiciones con el resto de la economía. No puede ser que el sector tenga que vender su producción a un dólar de 3 pesos y compre los insumos a un valor proyectado de 6 pesos.Si hay acuerdo en estas tres líneas de trabajo de las cuatro entidades gremiales sería un gran avance para las discusiones de las políticas futuras generales y específicas para el sector. Sería la única forma de poder unificar el discurso y llevar al Parlamento propuestas conjuntas para poder concretar las políticas de estados que necesita el sector.
Asumamos las entidades agropecuarias que lo que ocurrió en el país con el sector no fue solamente un problema de la dirigencia política. Tenemos una gran responsabilidad en el individualismo innato del hombre de campo, que se traslada, como no podría ser de otra manera, cuando llega a dirigente.
Hoy la situación es mucho más grave que con la 125 en 2008. En aquella oportunidad era una posibilidad a cobrar de cuanto se iba a quedar el gobierno. Hoy lo demuestra la confiscación de la renta y en algunos casos parte del capital de los productores según los números del trabajo de AACREA lo demuestran.
Es necesario definir una propuesta que contenga las siguientes bases.
1- Definir que el sector debe integrase en forma permanente a la economía internacional porque vamos a tener más y mejores trabajos.
2- Definir si la mayoría de los productores están dispuestos a un trabajo en redes como la vienen haciendo una gran mayorías de productores-empresarios que permitió pasar de una producción de 30 millones de TT en 1993 a 100 millones el ciclo 2010-2011.
3- Definir que el sector agropecuario debe tener un tratamiento impositivo en igualdad de condiciones con el resto de la economía. No puede ser que el sector tenga que vender su producción a un dólar de 3 pesos y compre los insumos a un valor proyectado de 6 pesos.Si hay acuerdo en estas tres líneas de trabajo de las cuatro entidades gremiales sería un gran avance para las discusiones de las políticas futuras generales y específicas para el sector. Sería la única forma de poder unificar el discurso y llevar al Parlamento propuestas conjuntas para poder concretar las políticas de estados que necesita el sector.
Asumamos las entidades agropecuarias que lo que ocurrió en el país con el sector no fue solamente un problema de la dirigencia política. Tenemos una gran responsabilidad en el individualismo innato del hombre de campo, que se traslada, como no podría ser de otra manera, cuando llega a dirigente.
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