Un llamado de atención a toda la cadena.
La jornada organizada por Forratec y CLAAS reunió el martes pasado a 400 personas. Toda la cadena forrajera se acercó para aprender sobre cada uno de los momentos que hacen posible obtener alimento de calidad para la producción animal. “El negocio es del dueño del alimento, no de quien tiene el animal”, dijeron en Ameghino. Claves: la fertilización de las pasturas es el diferencial; el silaje de sorgo puede alcanzar la calidad del maíz; y la mano del hombre define la eficiencia. Además, un show de picado sin igual.
Forratec y CLAAS reunieron a 400 personas en Ameghino, en la 2ª edición de la jornada de capacitación y entrenamiento en producción y confección de reservas forrajeras.
En simultáneo, mientras más de 230 contratistas y sus operarios se capacitaron sobre manejo de picadoras, cabezales, cis, cebis, inoculadores y cuantímetros de la mano de técnicos de CLAAS y sobre aspectos de la henificación de la mano de Mainero, el resto de los asistentes siguió con atención las recomendaciones de especialistas como Martín Zingoni, presidente de Forratec, quien al referirse al manejo invernal de pasturas con base alfalfa dijo que hay un excedente de pasto en primavera y el éxito está en cosechar todo lo que se produce para luego distribuirlo en otros momentos del año. “El secreto es saber conservarlo”, dijo. Desde su punto de vista, la clave es fertilizar y hacerlo todos los años, a partir de los resultados de análisis de suelo.
“La alfalfa se hace de una sola manera y es como está escrita en las investigaciones. No hay que inventar. No hace falta traer tecnología de afuera. Hay que aplicar lo que ya se sabe. En esta zona es posible producir de 10 a 20 millones de toneladas de pasto. Para lograrlo hay que fertilizar”, le dijo Zingoni a un grupo de productores provenientes de distintos puntos del país al que se sumó un contingente de la vecina República de Uruguay.
El encuentro estuvo patrocinado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y contó con el auspicio de la Cámara de Contratistas Forrajeros y de empresas como Mercoláctea, Infortambo, Alltech, Mainero, Nitrap, Allochis, VHB, Santander Río y Jacto.
En la segunda edición de esta jornada de capacitación y entrenamiento en producción y confección de reservas, Daniel Méndez, técnico del INTA Villegas, hizo hincapié en el rol de los verdeos en su participación dentro de la cadena de pastoreo, como reserva y como cultivo de cobertura. Ante el nutrido grupo de productores y asesores, Méndez mostró los números a los que se puede arribar si se utiliza un verdeo como antecesor de una soja.
Esteban Alessandri, de Forratec, al referirse a la elección de híbridos de maíz y sorgo para silaje de planta completa, aseguró que con un sorgo BMR se puede producir un silo de buena calidad. “Debemos dejar de pensar que el sorgo no produce calidad. La caída en producción de materia seca se compensa con la altísima digestibilidad que se puede lograr”, dijo.
Leandro Abdelhadi, veterinario de Alltech, recordó que en la última campaña se utilizaron 1,1 millón de hectáreas para ensilados. En el ‘98 se habían usado solo 100 mil. El maíz y el sorgo siguen marcando la tendencia. En la última campaña, el 69 % del área sembrada de maíz fue para ensilados.
“Lo que determina la cantidad de materia seca es la relación grano planta. Un silo de maíz con un mejor balance entre grano y planta se digiere más. Esto permite liberar el lote antes, volver a ponerle algo y que la vaca consuma más y por ende produzca más carne”, explicó el técnico.
Para Abdelhadi, el sorgo puede equiparar al maíz en su aporte siempre y cuando se lo trate igual: “Hay zonas en las que el sorgo se comporta en forma más eficiente. Pero hay que procesarlo para lograr la digestibilidad. Es clave el uso de los corncrakers”.
¿Cuánto tiempo hay que almacenar? Según el veterinario, en maíz, el almidón en el silo empieza a mejorar y las concentraciones de ácidos y alcoholes cambian. Con entre 5 y 8 meses se puede tener silos más digestibles. “Hay mucho trabajo para hacer cuando se va la picadora. Hay que planificar la extracción. En esta tarea nos jugamos entre el 27 y 33 % del trabajo total”, dijo el representante de Alltech.
El show de fierros
Por la tarde, en un sector de las 70 hectáreas demostrativas del campo donde se realiza Experiencia Forrajera, las máquinas hicieron su trabajo.Así se pudo ver la rotoenfardadora 5885 de Mainero, enrollando un rastrojo de maíz sin la menor dificultad, que fue seguida por el revolucionario Quadrant 2200 de CLAAS, una enfardadora prismática que con sus grandes fardos rectangulares de gran compactación y peso sorprendió a todos. Los fardos prismáticos comienzan a marcar tendencia debido a sus ventajas para la conservación y transporte de materia seca. Con esta herramienta se logra más kilos de pasto y de mayor calidad por unidad de volumen, ya que, por ejemplo, en el caso de la alfalfa, disminuye las pérdidas de hoja, permite ser confeccionada con menor humedad y se logra un producto con mayor digestibilidad.
En Experiencia Forrajera, CLAAS presentó toda su Línea Verde. Sobre un rastrojo de maíz se puso en movimiento el Liner 3000, que en una sola pasada forma una hilera central uniforme a partir de una anchura de trabajo de 12,50 m., con un rendimiento superior de hasta un 30% en la cadena de picado.
Pero el plato fuerte fue el show de picadoras. Una Jaguar 960 con un cabezal de 10 surcos y corn craker para sorgo y otra Jaguar 980, picaron con gran rapidez y ante la sorpresa del público, los cultivos de sorgo y maíz que luego fueron embolsados. Uno de los aspectos destacados fue el uso del cracker para sorgo. “El sistema de quebrado de granos de sorgo tiene poco más de un año en el país y es clave para el lograr la digestibilidad del grano de sorgo”, explicó José Costamagna de CLAAS. “Es importante que los productores sepan valorar el uso de esta herramienta en el picado, que le quita velocidad y aumenta el uso de combustible de la picadora, impactando en el negocio del contratista. Por esto, el productor debe acceder a pagar un plus por esta tecnología”, insistió el representante de la firma alemana.
Al cierre, Patricio Aguirre Saravia, el contratista de Carlos Casares que preside la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros dio su mensaje final. “Yo sé que ustedes, ante tanto fierro, se sienten como en un cumpleaños de quince”, dijo. Sin embargo, insistió que si bien las máquinas han cambiado la confección de forraje, la han simplificado, la clave está en los recursos humanos. “Hay cada vez más información que debemos aprender a interpretar. La calidad del silaje depende de la eficiencia con la que se hace cada etapa”, expresó. “Productores: exijan calidad y también sepan reconocerla”, dijo Aguirre Saravia.
“Debemos lograr que llegue a la vaca el aporte de energía que planificó el productor al sembrar su cultivo forrajero. El negocio está en ser eficientes a la hora de lograr calidad. Para alcanzarla, el trabajo debe ser conjunto”, remató.
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